Joven kolbar kurdo fue asesinado por fuerzas fronterizas iraníes en Hawraman

Continúan los ataques mortales de las fuerzas iraníes contra los kolbars kurdos.

REPRESIÓN

Los guardias fronterizos iraníes mataron a tiros a Arkan Balvaseh, un kolbar de 29 años, el viernes por la mañana en la zona fronteriza de Tateh en Hawraman en Sarvabad, provincia de Kurdistán, informó la Red de Derechos Humanos del Kurdistán (KHRN).

Una fuente que habló con KHRN indicó: “En las primeras horas del viernes 21 de junio, un grupo de kolbars en las alturas fronterizas de Tateh, aunque no llevaban mercancías, fueron atacados por guardias fronterizos iraníes a corta distancia y sin previo aviso, lo que provocó la muerte de Arkan Balvaseh”.

El cuerpo de Balvaseh fue trasladado a la aldea de Geleyeh en Marivan, provincia de Kurdistán, para su entierro.

Según las estadísticas de KHRN, en las últimas cuatro semanas, los guardias fronterizos iraníes mataron a tiros a otros dos kolbars, Sina Rasoulzadeh y Hazhir Mahmoudpour, en las zonas fronterizas de Baneh y Sardasht en las provincias de Kurdistán y Azerbaiyán Occidental.

Además, Rahim Ebrahimi se ahogó en un río durante una persecución por parte de las fuerzas fronterizas iraníes en la zona fronteriza de Sardasht.

Durante este período, al menos cuatro kolbars resultaron heridos por disparos y otros dos fueron golpeados por las fuerzas fronterizas iraníes en las zonas fronterizas de la provincia de Kurdistán.

El Kurdistán Oriental se ha hundido cada vez más en la pobreza a lo largo de los años debido a las políticas deliberadas del régimen iraní y se destaca como una de las regiones más pobres de Irán. En comparación con otras regiones, la zona ha recibido una inversión significativamente menor y el desarrollo se ha frenado deliberadamente. No se permitió que la agricultura y la industria se desarrollaran y, como resultado, el desempleo alcanzó el nivel más alto en Irán.

Frente a políticas de discriminación, opresión y empobrecimiento, transportar mercancías de contrabando no es una opción sino una necesidad para sobrevivir.

Kolbar proviene de las palabras kurdas "kol" (espalda) y "bar" (cargar). Los kolbars se ganan la vida transportando cargas a lo largo de la peligrosa frontera. Entre sus cargamentos figuran cigarrillos, teléfonos móviles, ropa, artículos para el hogar, té y, rara vez, alcohol. Caminan por terreno peligroso para continuar este comercio entre el Kurdistán del Sur y el Este. Los bienes que traen se venden a precios elevados en Teherán, pero los kolbars que arriesgan sus vidas por ellos reciben un pago muy modesto.

Los intermediarios que reciben las entregas y encuentran compradores en las ciudades se llaman kasibkars.

Los kolbars y kasibkars tienen entre 13 y 70 años. Algunos sólo terminaron la escuela primaria, mientras que otros son graduados universitarios. Llevan cargas porque no encuentran otro empleo. En los últimos cinco años, unos 300 kolbars y kasibkars fueron asesinados a sangre fría. No hay estadísticas absolutas disponibles sobre las muertes.