Karasu: "Turquía está al borde de colapso como en 1998"

El miembro del Consejo Ejectuvo del KCK, Mustafa Karasu, analiza como ha evolucionado la situación política en Kurdistán y Oriente Medio en un artículo publicado en Yeni Özgur Politika.

En un artículo para Yeni Özgur Politika, el miembro del Consejo Ejecutivo del KCK, Mustafa Karasu, ha escrito sobre el 20 aniversario de la conspiración del 9 de octubre contra el líder del pueblo kurdo Abdullah Öcalan.

“Nos adentramos en el 21º año desde la conspiración internacional contra el líder Apo. En la historia del mundo, es la primera vez que un líder popular es mantenido en una celda individual en una isla durante tantos años. Esto demuestra lo significativo de la realidad kurda en Oriente Medio. También muestra el tipo de política que se nos impone a los kurdos y revela el grado de hostilidad hacia los kurdos”.

Karasu alerta de los problemas de no entender bien lo sucedido en aquel fatídico día: “El nivel de la conspiración contra el líder del pueblo kurdo está relacionado con el carácter de la geografía de Oriente Medio y la formación de la nación turca. Si fracasamos a la hora de entender esto, no sería posible entender la conspiración ni ser conscientes de las prácticas impuestas a nuestro líder”.

Karasu ha detallado como la conspiración sucedió durante una época en la que la modernidad capitalista, liderada por EEUU, vivía un momento delicado para el estado turco en su confrontación contra el Movimiento de Liberación de Kurdistán y en un intento de establecer un nuevo status quo y en Oriente Medio.

“Los EEUU estaban tratando de expandir su intervención en Irak tras la Primera Guerra del Golfo de 1991 y controlar Irak completamente para establecer un nuevo sistema hegemónico en Oriente Medio. Sin embargo, el PKK era visto como un obstáculo ya que trataba de encontrar una alternativa para Oriente Medio.

Por lo tanto, quisieron liquidar al PKK y de esa manera salvar al KDP y al YNK, que eran las marionetas para establecer el control sobre los kurdos.

“Por todas estas razones el PKK tenía que ser neutralizado antes de entrar en la Segunda Guerra del Golfo. El líder Apo tenía que ser eliminado para poder neutralizar al PKK”.

En su artículo, Karasu también analiza como se ha desarrollado la situación desde los 90. Los planes no fueron como habían pronosticado las potencias implicadas en la conspiración explica Karasu.

“El Movimiento de Liberación, liderado por el PKK, se ha convertido en una alternativa a la modernidad capitalista no solo en Oriente Medio sino por todo el mundo. Tal y como sucedió a finales de los 90, el estado turco ha llegado a un punto de colapso en todos los sentidos debido a su lucha contra nosotros. Turquía no quiere asumir el rol que le ha otorgado la OTAN y las fuerzas internacionales. La lucha del PKK ha desempeñado un rol fundamental. Las fuerzas internacionales están asustadas por la fuerza del PKK en Oriente Medio y en el mundo.  Los esfuerzos alemanes dedicados a la recuperación de Turquía han sido hechos para salvaguardar la modernidad capitalista. El último acercamiento de EEUU hacia Turquía en relación a Idlib trata de intentar ofrecer a Turquía una salida y darles un papel importante en Siria y Oriente Medio.”

En este sentido, Turquía y Europa están usando la “intensificación del aislamiento del líder Apo como una forma de aislar a todo un pueblo y al movimiento de liberación”.

Esta actitud hacia el líder Apo “es una actitud hacia todo el pueblo kurdo y al movimiento de liberación”.

Enfrentado a esta coyuntura, Karasu piensa que “la responsabilidad recae sobre el movimiento de liberación y el pueblo kurdo, como siempre, de exigir con toda la fuerza posible la solución a la situación del líder Apo. El camino es dar un paso más en la lucha contra el fascismo del AKP-MHP en todas partes. Esta es una respuesta llena de significado que realizaremos ante la conspiración internacional hoy igual que ayer”.