La comunidad internacional es cómplice del crimen en Heseke

En un comunicado sobre la estación de agua de Allouk -cerrada por el estado turco y sus bandas mercenarias- el Consejo Cantonal de Heseke declara que la comunidad internacional es cómplice del crimen cometido en Heseke.

El Consejo del Cantón de Heseke publicó una declaración en la que trata el cierre de la estación de agua de Allouk por parte del estado turco y las bandas de mercenarios. El Consejo, tras recordar que el estado turco y la banda de mercenarios cerraron esta estación en numerosas ocasiones tras la invasión de Serekaniye, pidió a la comunidad internacional que rompiera el silencio sobre este asunto.

La declaración afirmaba: "El cierre de la estación de Allouk es un crimen contra la humanidad. En un período de aumento de los casos de coronavirus y en el mes de Ramadán, la restricción del suministro de agua ha causado inconvenientes en la vida social.

La comunidad internacional que guarda silencio ante estos crímenes del Estado turco debe avergonzarse. Estos países, llamados defensores de los derechos humanos, son cómplices.

La comunidad internacional debe presionar inmediatamente al estado turco y tomar medidas para obligar al estado turco a liberar el agua. De lo contrario, 1 millón 500 mil personas se verán privadas del agua. Se trata de una grave crisis humanitaria".

La estación de agua de Allouk, situada en el este de Serekaniye, fue tomada por las fuerzas estatales turcas y mercenarios aliados el 9 de octubre de 2020. La estación suministra agua a Heseke y a las regiones de los campos de Hol, Eriş y Washokani, donde viven los migrantes.

El Consejo Cantonal de Heseke declaró el estado de emergencia tras una reunión con la Dirección de Aguas a principios de esta semana.

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