La guerrillera Vejin Agirî, una antorcha que nunca se apagará
Vejin Agirî se ha consagrado a la liberación del Kurdistán, como miles de jóvenes que se hicieron inmortales en las montañas de la libertad.
Vejin Agirî se ha consagrado a la liberación del Kurdistán, como miles de jóvenes que se hicieron inmortales en las montañas de la libertad.
Besna Tuman (Vejîn Agirî) quiere correr, jugar y reír como cualquier adolescente. Pero no sólo lo quiere para ella, sino para todos los niños y jóvenes kurdos.
Besna nació en 1993 como uno de esos niños recién nacidos que perdieron su infancia, empezaron a olvidar la libertad y no supieron defender su kurdismo. Gracias a su familia, que formaba parte del entorno patriótico de Van, creció con un poco de comprensión del kurdismo y llenó sus sentimientos con él.
Besna Tuman decidió convertirse en una luchadora por la libertad como respuesta a esta dolorosa vida y para que esta dolorosa vida no siga afectando a otros. Fue una de las que escuchó la llamada del líder político del pueblo kurdo Abdullah Öcalan. Él dijo: “Si me quieres, múdate al Botán”. Berna se unió a la guerrilla en el Botán en 2014 y ese fue un nuevo punto de inflexión en su vida, uno que determinaría su propia vida.
Allí se vio influenciada por la vida del partido, la camaradería revolucionaria y, especialmente, por las guerrilleras, y comenzó a profundizar en su conocimiento del líder [Öcalan]. Evaluó los resultados de su trabajo diciendo: “Öcalan nos ha presentado todo lo que necesitamos con su filosofía de liderazgo. Lo ha hecho tan bien que no ha dejado nada que añadir”. Besna se convirtió así en Vejin, y añadió a su nombre Agirî, el fuego de la libertad, convirtiéndose en Vejin Agirî. Y así luchó, corrió por las montañas y jugó con los guerrilleros en tierras libres, sonriendo a su nueva vida.
Vejîn se preparó para una nueva vida con formación académica. Se preparó para situaciones más grandes y desafiantes con la fuerza y la inspiración obtenidas en la Academia.
En 2020, junto con Sarya Besta y Avareş Helhel, luchó hasta la última gota de su sangre. Vejin Agirî es el fuego de la resurrección y una de las guerrilleras abnegadas que se hizo inmortal en las montañas de la libertad como una antorcha que nunca se apagará.