El activista Güner Yanlıç, de la Plataforma por la Protección de Hevsel, ha enfatizado que los 67 kilómetros de largo del río Tigris han sido privados de los derechos de muchos ríos, y ha subrayado que el número de especies que viven en el río y alrededor de él ha decrecido.
Denunciando que el río Tigris ha sido gravemente saqueado y destruido con los pozos de arena artificiales, ha explicado: “El agua se extrae del río Tigris con motores a lo largo de unos 30-40 km, y con el método de emisión de irrigación silvestre en el verano. Sus aguas también se facilitan a los productores de algodón y maíz. De esta manera, no queda agua en el propio río durante los meses de verano. La fauna y la flora del río se están viendo seriamente comprometidas”.
Yanlıç ha añadido: “Los jardines de Hevsel forman parte de una zona que a su vez ha ayudado a la formación de una ciudad. Hace 30-40 años era un almacén de frutas y verduras que podía alimentar a una ciudad, pero fue perdiendo esta capacidad a causa de las políticas agrícolas industriales. Desafortunadamente, no hay producción de ningún tipo de plantas debido al aumento de los alquileres y los negocios invasivos en estos jardines”.
Y ha continuado: “Como parte de la Plataforma por la Protección de Hevsel, continuramos con nuestros esfuerzos para que el río Tigris recupere su estatus de río, para construir una economía que provea a la gente de los vecindarios de los jardines de Hevsel y para producir productos orgánicos para alimentar a la ciudad”.
Reacción ante el silencio de la UNESCO
Reaccionando ante el silencio de la UNESCO por el pillaje de la naturaleza en el Kurdistán, Yanlıç ha dicho: “Las murallas de Diyarbakır y los jardines de Hevsel se encuentran en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Cuando miramos atrás, comprobamos que la UNESCO no ha dicho nada ante el saqueo y la destrucción de los últimos 6 años”.
Y ha continuado: “Como organizaciones de la sociedad civil, hemos pedido repetidamente a la UNESCO que se pronuncie sobre las murallas de Diyarbakır y los jardines de Hevsel. Y si no piensa hacerlo, debería decirlo para que podamos proteger nuestro propio patrimonio.
Este silencio de la UNESCO pavimenta el camino a numerosas ulteriores destrucciones. Según se dice, en abril la UNESCO vendrá a Diyarbakır para analizar la destrucción en estas zonas junto con el gobierno. Nosotros hacemos el siguiente llamamiento: hablen con las dinámicas civiles de la ciudad, y ponga fin al pillaje y la destrucción. El 2 de febrero de 1972 se firmó el contrato de Ramsar en Irán. El propósito de este contrato es proteger los humedales. Como Plataforma por la Protección de Hevsel, informaremos de este asunto”.