Lo que el ejército turco dejó atrás en Zap
Tras la precipitada retirada parcial del ejército turco de la región de Zap, sus posiciones permanecen abandonadas.
Tras la precipitada retirada parcial del ejército turco de la región de Zap, sus posiciones permanecen abandonadas.
El 25 de diciembre, las Fuerzas de Defensa del Pueblo (HPG) anunciaron que el ejército turco se había retirado de amplias zonas de la región de Zap, en el Kurdistán del Sur. Antes de eso, los guerrilleros habían invadido una posición tras otra con operaciones revolucionarias, de modo que al ejército sólo le quedaba una precipitada retirada.
Los corresponsales de ANF en la zona de los combates visitaron en diciembre las posiciones despejadas del ejército turco y recogieron impresiones. La destrucción en la región de Zap causada por los bombardeos y los combates es visible prácticamente en todas partes. Cuando uno visita la región, lo primero que nota son los cráteres y la devastación causados por los intensos bombardeos.
En nuestro recorrido por los caminos de cabras, encontramos huellas de la guerra casi a cada paso. Además de la destrucción causada por bombas de toneladas de peso, uno también puede toparse con las esquirlas dejadas por estas municiones.
Tras un corto paseo desde las posiciones de la guerrilla, llegamos por fin a las posiciones dejadas por el ejército turco. Lo primero que vemos son las trincheras y las fortificaciones, que se dejaron como estaban. La retirada fue tan repentina que lo único que pudieron hacer los soldados fue cortar las tiendas y los sacos de arena.
En las zonas donde estaba estacionado el ejército turco se ven los campamentos casi intactos. Destacan los refugios de los soldados y la ubicación del vertedero justo al lado. Esto demuestra el pánico que tenía el ejército turco. Se tiró basura justo al lado de las posiciones. La zona estaba rodeada de alambre de la OTAN y se colocaron trampas delante y detrás de las vallas.
También llaman la atención las hogueras donde los soldados quemaron material incriminatorio poco antes de su retirada. Se encendieron grandes hogueras junto a casi todas las tiendas y dentro del campamento. La visión de las posiciones no está exenta de cierta ironía. Por ejemplo, en las rocas se dejaron fotos y eslóganes que glorificaban al ejército y al fascismo turco. Pero en el mismo lugar se colocaron trampas y maniquíes para esconderse de los guerrilleros, y cámaras ficticias hechas con botellas de PET para engañar a los guerrilleros.