Mientras continúa el levantamiento popular en Irán, las fuerzas del Kurdistán Oriental (Kurdistán iraní) y los civiles del Kurdistán del Sur (Kurdistán iraquí) se han convertido en objetivo de ataques de Teherán.
Las bases del Partido Democrático del Kurdistán Iraní (PDK-I), de la Comunidad de Trabajadores Revolucionarios del Kurdistán Iraní (Komele) y del Partido de la Libertad del Kurdistán (PAK) en las regiones de Sulaymaniyah y Hewlêr fueron fuertemente bombardeadas el miércoles.
Según los servicios antiterroristas del Kurdistán del Sur o Bashur, 13 personas, entre ellas una mujer embarazada, murieron en los ataques, y otras 58 personas, en su mayoría civiles, resultaron heridas. Entre los heridos se encuentran tres reporteros del canal de televisión K24.
Misiles balísticos y decenas de drones
El comunicado explica que la región fue bombardeada más de 70 veces con misiles balísticos y drones cargados de bombas.
Según el gobierno de Bagdad, el ataque se llevó a cabo con 20 drones cargados de bombas.
Mientras las administraciones de Bagdad y Hewler condenaban los ataques, el Centcom, el mando militar estadounidense en Oriente Medio, anunció que había derribado el miércoles por la tarde un dron que se dirigía a Hewler y que “parecía ser una amenaza para las fuerzas del Centcom”.
Washington ha denunciado los “inaceptables ataques a la soberanía iraquí”, mientras que Londres ha instado a Teherán a detener “sus bombardeos indiscriminados”. También Berlín ha calificado de “inaceptable” esta tensión. París, por su parte, ha condenado la “flagrante violación de la soberanía iraquí” por parte de Teherán.
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