Newala Kasaba, dos palabras que los kurdos tienen en la cabeza como si hubieran sido talladas en sus mentes. 

Newala Kasaba concentra en sí mismo quizás la mayor parte de lo que es la guerra sucia contra el pueblo kurdo. Junto con Kobane y Afrin, así como muchos otros nombres...

Newala Kasaba es una región montañosa, en las afueras de Siirt. Podría ser un vertedero de basura. Y, de hecho, puedes encontrar allí basura. Pero necesitas caminar unos pocos metros más para comprender que esta tierra esconde algo más espantoso y horrible.

Están saliendo a la superficie bolsas negras, como bolsas de basura. Sin embargo, no contienen basura. Se ven piezas de ropa que revelan lo que realmente está oculto bajo ese campo. Los huesos están saliendo a la superficie. La gente de Siirt sabe desde hace mucho tiempo lo que ocultan esas tierras.

Se enterró una verdad para que nunca volviera a salir a la luz,  de acuerdo con la intenciones de aquellos que cometieron el horrible crimen de secuestrar gente, torturarlos, matarlos y finalmente arrojar sus cuerpos como si fueran basura.

Newala Kasaba es una gran fosa común, o más bien un cementerio. Pero un cementerio donde los horrores de la guerra de las fuerzas estatales turcas contra los kurdos han sido enterrados. Sin embargo, la verdad no puede ser ocultada para siempre. Aquellos que han sido enterrados están luchando por salir de nuevo, para recordar a todos los crímenes horribles y crueles cometidos por el estado turco.

Se dice que más de 100 cuerpos están enterrados en Newala Kasaba. Algunos dicen que podrían ser incluso 200. Entre estos, uno de los fundadores del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), Mahsum Korkmaz. Incluso alguno indica el lugar donde podría estar descansando: a unos cincuenta metros de la entrada.

Un anciano, pelo blanco y barba, cuenta la historia de su tragedia: "Mi hijo fue secuestrado por las autoridades y llevado al puesto de la gendarmería.

Fue torturado durante días y finalmente falleció. Sabíamos que había sido llevado a la gendarmería y habíamos estado preguntando por él. Nos dijeron que no estaba allí. De hecho, nos dijeron que nunca había entrado por la puerta de la gendarmería. Pero nosotros sabíamos que estaba allí".

Pasaron los días y el anciano no obtuvo ninguna respuesta. No perdió la esperanza de encontrar a su hijo, aunque a medida que pasaban los días supo que las cosas estaban mal, muy mal. "Finalmente me enteré de que había muerto a causa de la tortura. Volví a la gendarmería para preguntar por su cuerpo. Me dijeron una vez más que estaba equivocado, mi hijo nunca había cruzado esa puerta ".

A fines de los años ochenta, existían rumores de que en Newala Kasaba, además de basura, se arrojaban al campo bolsas con el resto de las personas asesinadas por el notorio Jitem (un cuerpo especial del ejército).

La realidad de Newala Kasaba finalmente salió a la luz y desde principios de los 90 los familiares de personas desaparecidas han estado reclamando su derecho a encontrar a sus seres queridos.

Los magistrados no dan permiso para excavar el sitio, pero quellos enterrados allí han comenzado a salir a la superficie. Es emocionalmente muy difícil caminar a lo largo de Newala Kasaba sabiendo que debajo de esa tierra se ha enterrado a muchas personas apresuradamente y sin respeto. El estado turco cometió crimenes horribles conocedor de que disfrutaría de total impunidad.

Asesinaron a personas sabiendo que nunca tendrían que rendir cuentas por ello. Pero los tiempos cambian lentamente. Las asociaciones de la sociedad civil, con la ayuda del BDP (Partido por la Paz y la Democracia) han lanzado una fuerte iniciativa pidiendo al gobierno que abra las fosas comunes (se dice que son más de 200 para más de 3000 personas).

Mahsum Korkmaz, Agit, fue el primer comandante del PKK. Dirigió las acciones del 15 de agosto de 1984 que iniciaron la rebelión armada kurda en Kurdistán del Norte.

Perdió la vida el 28 de marzo de 1986, cayendo mártir.