Actualmente hay más de 70 periodistas encarcelados en Turquía cuyos informes y labores son una espina  para el gobierno turco. Muchos han estado esperando juicio durante meses, otros ya han sido condenados a varios años de prisión. Junto con docenas de otros oficiales de prensa de varios medios de la oposición que enfrentan represión fuera de los muros de la prisión, el mensaje del régimen es claro: el espacio para la libertad de expresión se está reduciendo cada vez más y cualquiera que exprese críticas paga un alto precio.

Al menos diez de los profesionales de los medios de comunicación actualmente encarcelados en Turquía son mujeres. Para exigir su liberación, la Plataforma de Mujeres Periodistas de Mesopotamia (MKGP) ha lanzado una petición y está pidiendo al público que la apoye. "La libertad de las mujeres periodistas que han sido arrestadas y procesadas por sus informes es uno de los fundamentos más importantes de la libertad de prensa. No tenemos que ser un país donde la libertad de prensa no existe y los medios de comunicación han perdido su neutralidad. Nuestro deber y responsabilidad como profesionales de los medios incluyen hacer que la información sea accesible, ser la voz del silencio, exponer agravios, injusticias y violaciones de derechos humanos. Como MKGP, estamos con nuestros colegas y todas las mujeres periodistas en Turquía. Ayúdennos a alzar nuestras voces por la libertad de prensa".

La campaña de MKGP se puede firmar en la plataforma de petición Change.org.

En Turquía, alrededor del 95 por ciento de los medios de comunicación son propiedad del Estado o están controlados por empresas cercanas al régimen de Erdogan. La presión sobre el periodismo independiente ha aumentado en los últimos años. Especialmente desde el pseudogolpe de Estado de julio de 2016, la ventana para los medios críticos con el gobierno se está cerrando cada vez más. Según la asociación de periodistas de Dicle Firat (DFG), actualmente hay al menos 72 periodistas en prisión en Turquía. Si bien esta es una disminución significativa desde el pico de 170 en 2017, al menos tantos profesionales de los medios están actualmente sujetos a persecución judicial. La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) clasifica a Turquía en el puesto 149 de 180 en el ranking internacional de libertad de prensa.