Başaran: La violación es un método de guerra especial

La portavoz del Consejo de Mujeres del HDP, Ayşe Acar Başaran, afirma que el caso de Ipek Er no es solo el resultado de la política gubernamental misógina en Turquía, sino que también debe ser visto como parte de la política de guerra en Kurdistán.

Un hombre uniformado en Turquía puede actuar sabiendo que si viola a una mujer kurda no debe temer ninguna consecuencia, así lo indicó la portavoz del Consejo de Mujeres del HDP, Ayşe Acar Başaran, y agregó: "En el caso de Musa Orhan, esto es exactamente lo que sucedió. Estuvo bajo custodia solo siete días y ni siquiera estuvo encerrado durante este tiempo debido a la pandemia de Coronavirus".

En una entrevista con ANF, la diputada elegida de Batman dejó en claro que el caso de Ipek Er, que se suicidó tras ser violada, no podía explicarse únicamente por un aumento generalizado de la violencia contra las mujeres en Turquía.

Asociaciones de mujeres cerradas

Başaran señala que en la provincia de Batman, donde el sargento turco Orhan mantuvo bajo custodia a su víctima de 18 años Ipek Er durante días y la violó varias veces, la toma del municipio por parte del AKP ha resultado en el cierre de todas las instituciones para mujeres.

"Aquí se han establecido instituciones para mujeres, las mujeres han fundado cooperativas. Todos estos logros fueron destruidos por la administración fiduciaria. De hecho, se puede rastrear una imagen similar en todas partes en Kurdistán. No hay más instituciones a las que las mujeres puedan llegar. Si hubiera habido una asociación de mujeres en Batman a la que pudo llegar Ipek, es posible que todavía estaría viva hoy", dice Başaran.

La política del HDP deja en claro que la presión que el gobierno del AKP ha acumulado sobre el movimiento de mujeres y sus estructuras continúa: “Se han producido repetidas redadas y detenciones contra activistas del movimiento de mujeres kurdas TJA y la asociación de mujeres Rosa. Mientras tanto, el propio AKP ha debatido abiertamente el Convenio de Estambul para la protección contra la violencia contra la mujer. En este contexto, es triste, pero no sorprendente, que mujeres que no pueden esperar justicia sean asesinadas o empujadas al suicidio”.

Başaran señala que las violaciones en Kurdistán son al mismo tiempo también un medio de guerra especial: "Todos nos convertimos en testigos de la fuerza sexual por parte del ISIS en Siria. Pero estos casos ya existían en los años 90 también en el norte de Kurdistán. Cuando los casos se hicieron públicos, la fiscalía inició las investigaciones. Pero esto no tuvo consecuencias para los perpetradores. Un hombre uniformado en Turquía puede actuar sabiendo que si una mujer kurda es violada, no tiene que temer las consecuencias del Estado, ni del sistema de justicia. Y eso es lo que pensó y dijo el violador Musa Orhan. Sus pensamientos se hicieron realidad. Por eso tenemos que evaluar estas violaciones como parte de la guerra especial en Kurdistán".