La revolución de Rojava, con su paradigma democrático radical y de liberación de la mujer, ha vuelto a poner en la agenda de la gente de todo el mundo la perspectiva de una alternativa al patriarcado capitalista. Miles de personas, especialmente mujeres, se dirigieron a Rojava para defender la revolución y aprender de ella. Mientras que algunas cayeron en la batalla, otras regresaron a sus países para transmitir los conocimientos que habían adquirido. Muchas decidieron quedarse en Rojava para participar en proyectos como la construcción de la aldea femenina de Jinwar.
Jinwar fue un faro de la liberación femenina
La aldea de mujeres, Jinwar, se encuentra en el oeste de Dirbêsiyê, en el cantón de Hesekê. La planificación del proyecto comenzó en 2016, la ceremonia de inauguración tuvo lugar el 25 de noviembre de 2018. En el pueblo viven mujeres de diferentes orígenes. Además de yazidíes, cristianas, musulmanas, kurdas, sirias y árabes, también participan en la vida del pueblo mujeres de todo el mundo. La aldea consta de 30 casas de distintos tamaños, una escuela, una academia, un centro de salud, una cocina comunitaria, una zona de juegos para niños, una pequeña tienda, un establo, dos piscinas, un depósito, un jardín con 1.400 árboles y una plaza del pueblo.
Videoclip de las mujeres internacionalistas
Además de la educación, la autogestión y la organización, la cultura también desempeña un papel importante en Jinwar. Este principio se muestra claramente en un clip musical que las mujeres de la aldea de Jinwar produjeron junto con el movimiento cultural kurdo. Musical y lingüísticamente, el clip representa una síntesis de muchas culturas y lenguas de resistencia. El clip se llama "Ballem" (Vamos a bailar, en catalán).
Las mujeres que aparecen en el vídeo, escribieron sobre la canción que "está dedicada a todas las mujeres que han resistido, resisten y resistirán al patriarcado. Por la revolución de las mujeres que ya hemos empezado, seguiremos luchando, ahora no nos pueden parar".