Miles de mujeres de todo el país se reunieron el sábado en Estambul a la convocatoria de la Plataforma de Mujeres por la Igualdad (Eşitlik İçin Kadın Platformu, EŞİK) para exigir el mantenimiento del convenio que lleva el nombre de la metrópoli del Bósforo. El "Convenio de Estambul" ha celebrado este año su décimo aniversario. Es el primer instrumento vinculante de derecho internacional a nivel europeo para proteger a las mujeres, niñas y personas LGBTI+ (lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales) contra toda forma de violencia. El acuerdo consagra el derecho humano a vivir sin violencia, define medidas de igualdad y pide financiación para la protección y prevención de la violencia. Turquía tiene previsto abandonarlo el 1 de julio por orden del presidente Recep Tayyip Erdoğan, lo que la convertiría en el primer país que se retira del Convenio de Protección de la Mujer.
"¡El Convenio de Estambul es nuestro! No lo abandonaremos" fue el mensaje del "Gran Encuentro de Mujeres" en el distrito de Maltepe. Parecía una gran procesión, ya que las participantes en la concentración se dirigieron en varias comitivas al lugar de la reunión, envolviendo Maltepe en un mar de banderas moradas, fieles al lema "Cuando manifestamos, el mundo se detiene". Cientos de carteles y pancartas rezaban las reivindicaciones de los movimientos de mujeres: "AKP - ¡Manos fuera de los derechos conquistados!", "6284 para las mujeres" - una ley turca promulgada tras la ratificación del Convenio de Estambul en 2012 como "cobertura protectora para las mujeres", "Bijî Têkoşîna Jina" (ku. Viva la resistencia de las mujeres), "Aplicar la Constitución" y "Ganaremos luchando". El lema central del movimiento de mujeres kurdas "Jin, Jiyan, Azadî" (Mujer, Vida, Libertad) tampoco falta. Sin embargo, muchas de las banderas arco iris que portaban las personas LGBTI fueron confiscadas por la policía.
El encuentro, al que asistieron numerosas personalidades de la política, el arte y la sociedad civil, incluidos parlamentarios del HDP y el CHP, así como políticos del partido DEVA, comenzó con un programa escénico feminista artísticamente diseñado. El primero en actuar fue la artista Kalben. Antes de que la joven de 35 años encantara al público con su impresionante voz y su guitarra, dijo: "Queremos una vida sin violencia, queremos una vida pacífica en un país donde no nazcan nuevos asesinos. Señores: ni renunciamos a la igualdad de los pueblos, ni al Convenio de Estambul, ni a nuestras vidas ni a nuestra seguridad."
La autora de libros y columnista Ayşen Şahin señaló en un discurso que los acuerdos internacionales tienen rango constitucional en Turquía. En consecuencia, dijo, el presidente no tiene autoridad para rescindir los tratados internacionales por decreto sin la aprobación parlamentaria. "Retirarse del Convenio de Estambul constituye, por tanto, una violación de la Constitución. Con esta decisión ilegal e inválida, las mujeres nos sentimos envalentonadas en nuestra ira y rebeldía. No aceptamos la retirada de la convención", dijo Şahin.
En el transcurso del programa escénico se han leído los nombres de las mujeres asesinadas por hombres. Después de nombrar a cada una de las víctimas de feminicidio, la multitud gritó fuerte y militantemente "presente". Cuando se mencionó el nombre de Deniz Poyraz, se estremeció literalmente. La activista del HDP fue asesinada a tiros por un fascista turco en un ataque a la sede del HDP en Izmir el jueves. Varias veces seguidas, la multitud repitió su nombre y gritó: "Deniz está aquí".
También aparecieron mujeres cuyas hermanas, hijas o madres habían sido asesinadas por hombres y que probablemente seguirían vivas hoy si el gobierno turco hubiera combatido la violencia patriarcal en lugar de promoverla. Songül Kaya, por ejemplo, que perdió a su hermana Dilek Kaya por feminicidio -su otra hermana Mutlu Kaya sobrevivió a un intento de asesinato-. Dirigiéndose al gobierno, exigió: "Retirar la decisión, aplicar la convención".
La actriz Ayşegül Yalçıner señaló a los gobernantes de Ankara que las mujeres de Turquía no pensarán ni remotamente en renunciar a los derechos por los que han luchado. Yalçıner señaló el aumento masivo de los actos de violencia contra las mujeres y los ataques a la comunidad LGBTI, que lo pasa especialmente mal en Turquía. El programa de la reunión de mujeres continúa con más aportaciones.