El 15 de agosto de 1991, Gulistan Gulo fue con su familia al valle de la Bekaa, en Líbano, y allí conoció a Abdullah Öcalan: “Yo era todavía una niña, pero él irradiaba una fuerza que continúa hasta hoy. Sus ideas eran una fuente de fuerza no sólo para el pueblo kurdo, sino para todos los diferentes grupos de población. Muchos de mis familiares y muchos de nuestros vecinos vinieron con nosotros. Allí aprendí que las mujeres se unían a la lucha por un pueblo y un Kurdistán libres”.
Gulistan ya era políticamente activa antes de la revolución de Rojava: “Mi tercer hijo aún no había nacido. Sabía que tenía que ser más activa en mi trabajo. Sin embargo, mis hijos eran pequeños y tenía que cuidarlos. Cuando me volví más activa en 2010, la represión del régimen de Baaz contra mi familia aumentó. En 2011, se celebró un congreso del movimiento de mujeres en Afrin y decidí unirme a la lucha de liberación de las mujeres. Después del congreso, empecé a trabajar como miembro de la junta directiva de Kongra Star en Qamishlo”.
En aquella época, la asociación de mujeres todavía se llamaba Yekîtiya Star: “Era una época difícil; la represión del régimen era fuerte en todas partes. El régimen impedía que las mujeres se organizaran. No era como ahora. En aquella época, las mujeres apenas podían salir de casa. Hoy es diferente. Las mujeres pueden trabajar y luchar en cualquier lugar. Por eso vemos la revolución de Rojava como una revolución que empezó con las mujeres saliendo de casa”.
En el período previo a la Revolución de Rojava en 2012, las condiciones cambiaron: “La población se rebeló contra la opresión del régimen. Teníamos claro que ahora debíamos trabajar aún más. El Consejo Democrático Sirio (MSD) se fundó en 2015 y la organización de mujeres incluyó no solo a kurdas, sino a mujeres de todos los grupos de población de la región. No hay diferencia entre etnia y religión. Las mujeres árabes hicieron un muy buen trabajo. En las zonas liberadas se hicieron esfuerzos para romper la mentalidad opresiva. En lugar de ideas despóticas, florecieron las ideas democráticas de Abdullah Öcalan sobre la libertad”.
La familia de Gulistan Gulo ha estado muy implicada en el movimiento de liberación kurdo desde la década de 1980, y decenas de miembros de la familia han muerto en la lucha por la libertad: “También tuvimos muchos muertos durante la Revolución de Rojava. El 9 de noviembre de 2021, mi tío Yusif Gulo cayó junto a dos de sus nietos. Apê Yusif sirvió a la causa kurda durante más de cuarenta años. Fue el primero de nuestra familia en luchar por la liberación de las mujeres. Todos le escuchamos y nos beneficiamos de sus pensamientos. Nuestros mártires refuerzan nuestra determinación. Seguiremos luchando hasta que sea posible una vida libre en todo el Kurdistán. Criamos a nuestros hijos con este espíritu”.