Las montañas Botan llegaron a conocer mujeres

Se han convertido en un lugar para que las mujeres conozcan su propia cultura. Ellas se reconocieron en estas montañas y su amor y fe crecieron al hacerlo, y se entregaron a la libertad.

La unión de las guerrilleras de Botan con la naturaleza se evidencia en sus limpias y cálidas sonrisas. Las mujeres son benditas en las montañas; sus sonrisas amorosas dan esperanza al alba. Cualquier palabra para expresar la santidad de las montañas sería insuficiente. Lo que hace que éstas sean significativas es la búsqueda de libertad de las mujeres.

Cuando las mujeres se conocen a sí mismas y analizan el sistema dominante, se dan cuenta de la mentalidad real y buscan encontrar una salida. Ven una luz y se encuentran con Öcalan, el sabio de esta luz, en lugares sagrados. En busca de la libertad, corren por los senderos con entusiasmo depositando esperanza en la sonrisa de los nenúfares y dejando un recuerdo en las páginas de la historia bajo los árboles. Dicen que cada vez que toman una foto, pasará a la historia. Golpean cada momento en sus cabezas como un poema.

La devoción, la alegría y la esperanza de las mujeres se convirtieron en una tormenta de libertad en las cumbres de las montañas. Ellas, integradas con la naturaleza, dejan libre su larga cabellera trenzada por la belleza de la primavera. Las Montañas Botan reconocieron a estas mujeres. Las montañas llamaron a las que dejaron sus almas en los picos de las montañas cuando las reconocieron: deja tus huellas en estas tierras santas, deja que estas montañas te vivan para siempre.

Marcharemos hacia la libertad en las montañas de Botan con la alegría de la libertad de las mujeres.