La política kurda encarcelada Leyla Güven envió una carta desde la prisión a Jin News, la agencia de noticias de mujeres en Turquía, con motivo del Día de la Madre, dirigiéndose a las madres que luchan por la causa de la paz, la libertad y la justicia.
Güven, diputada por el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) y co-presidenta del Congreso de la Sociedad Democrática (DTK), fue despojada de su estatus parlamentario el 4 de junio de 2020. Fue arrestada poco después y sentenciada a 22 años y tres meses de prisión, por los cargos de 'ser miembro de una organización ilegal' y 'hacer propaganda para una organización ilegal'.
Aquí parte de las traducciones de su carta.
Queridas madres, que nos enseñan a reír de nuevo después de cada dolor, que nos enseñan de nuevo a tener esperanza después de cada matanza, que nos enseñan a renacer después de cada injusticia…
Les enviamos nuestros saludos y respetos desde la cárcel de Xarpet, y besamos sus sagradas manos. Estoy segura que vosotras como Madres de la Paz, estáis como siempre muy ocupadas, porque donde hay ilegalidad, injusticia o desigualdad, allí estáis. Son las primeras en sentir dolor cuando hay conflicto y guerra, en cualquier parte del mundo que sea. Ustedes siempre han representado la esperanza de la comunidad con su resistencia sin límites, desde las Madres de Plaza de Mayo hasta las Madres de los Sábados y ustedes, las Madres de la Paz. Han tomado sus corazones heridos en sus manos y han viajado de país en país en nombre de la paz. Siempre habéis dicho lo mismo a los policías que os atacan con porras, a los jueces y fiscales que os someten a juicios ilegales, a los soldados que derriban vuestras puertas y allanan vuestras casas, a los carceleros que las maltratan y las someten a cacheos desnudos: 'Queremos la paz'. La primera palabra que aprendes en un idioma que no conoces es 'paz' (…)
Quienes tildan de “terroristas” a vuestras valientes hijas e hijos, a quienes vuestras madres habéis criado con mil y un sufrimientos, a cuyas miradas no habéis podido resistir, no podrán nunca comprender vuestro dolor. Nunca podrán saber lo que sintió la madre Esmer Tunç cuando identificó los cuerpos de sus dos hijos, quemados en los sótanos de Cizre, lo que sintió la madre Halise al abrazar el paquete con los huesos de su hijo que le enviaron por correo, lo que la madre Cemile Çağırga sintió cuando tuvo que poner el cuerpo de su hija en el refrigerador, lo que siente la madre Emine mientras persiste en su búsqueda de justicia, porque estas cosas tienen que ser experimentadas para ser conocidas. Hay madres que custodian las tumbas de sus hijas e hijos para evitar que las lápidas sean destrozadas, en un país que es musulmán en un 99 por ciento. Hay madres cuyos hijos e hijas, llevados al suicidio como resultado de la tortura en las cárceles ni siquiera cuentan con un vehículo para llevar sus cuerpos a casa, cuyos cuerpos ni siquiera son lavados por un imám. ¿Cómo es posible expresar los conceptos de que a una madre se le niega el permiso para realizar un funeral por su hijo o hija, o las autoridades allanan una carpa funeraria? (…)
Nuestras madres preguntan: '¿Qué es esta mentalidad? ¿Qué es esta rabia? ¿Qué es esta hostilidad hacia los kurdos? Para expresar este concepto, nuestras madres decían: 'Que Allah les devuelva mil veces lo que nos han hecho, el dolor que nos han causado'. ¿Qué valores islámicos explican a una madre de 67 años con el corazón roto, ayunando durante el mes de Ramadán que acaba de terminar, siendo trasladada [los 250 km] de la prisión de Muş a la prisión de Elazığ y mantenida en cuarentena durante dos semanas? La madre Besna perdió a su hijo en la masacre de Suruç y fue arrestada por unas palabras que dijo en el funeral de su hijo. Y este sistema es enemigo de todos los que no están de acuerdo con él. Estamos ante un gobierno que discrimina hasta el dolor de las madres (…)
No están lejanos los días en que todas las madres abrazarán a sus hijos e hijas, en que reinará una paz honrosa en nuestras tierras. Es nuestro voto a todas las Madres de la Paz, a todas las Madres de los sábados, a todas las madres de los presos, desde la madre Üveyş hasta la madre Taybet, desde la madre Berfo hasta la madre Hatun: Nos encontraremos pronto en la plaza Şêx Seîd en Amed [Diyarbakir]. Cuidense mucho hasta ese día. Esto ya lo sabes: La esperanza es más valiosa que la victoria. Mis saludos…