Reproducimos el comunicado emitido por el Comite de Mujeres en Solidaridad con Kurdistán que participó del encuentro de la Red de Educadorxs Populares en Argentina y brindó un taller de Jineologi y luego realizaron actividades de solidaridad con el movimiento de mujeres kurdas, y el pueblo kurdo:
Cerca de 900 compañerxs provenientes de distintas organizaciones sociales y políticas, tanto locales como de Guatemala, Brasil, Honduras, Paraguay, Chile y Venezuela entre otros puntos de América Latina, nos sumamos a esta convocatoria conjunta que, según sus propixs organizadorxs, han definido “como un modo político de expresar nuestra convicción sobre la necesidad de que el diálogo de saberes, la creación colectiva de conocimientos, la íntima relación teoría práctica propia de la educación popular, aporte a la formación de procesos que sustenten la lucha, el poder popular y las acciones comunes de nuestros movimientos”.
En el marco de los distintos talleres organizados en torno a ejes específicos, como “Aprendizajes y desafíos de los feminismos Populares”, de los que participaron mujeres indígenas, negras, afro, lesbianas, disidentes, migrantes, mujeres racializadas, como Comité de Mujeres en Solidaridad con Kurdistán nuestra propuesta tuvo como objetivo presentar y reflexionar acercar de los aportes de la Jineolojî -traducido literalmente como la ”Ciencia de las Mujeres”-, una metodología pensada para la construcción de un corpus teórico práctico del conocimiento, basada en la crítica al positivismo hegemónico en las Ciencias Sociales.
Jineolojî es el modo en que las mujeres kurdas, organizadas en un verdadero Movimiento de Liberación en el que ocupan un lugar central de conducción, basan su acción política desde una concepción holística de la vida de las mujeres y de la sociedad en general.
El acumulado histórico de 40 años de lucha revolucionaria del movimiento kurdo es lo que posibilita este proceso revolucionario social y político, que hoy llevan adelante los pueblos que habitan principalmente Rojava (Kurdistan Oeste) y el norte de Siria, como en otros puntos del Kurdistán, en el que se calcula que más de cuatro millones de personas han establecido una autonomía democrática como la forma de gobierno y organización de sus comunidades.
El entendimiento y la síntesis que elaboró Abdullah Öcalan –uno de los fundadores y líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK)- sobre la historia de la opresión hacia la mujer, caracterizándola como la primera nación oprimida y la conclusión de que la liberación de las mujeres es fundamental para la liberación de la sociedad, convierte a este principio en el eje central del paradigma del Confederalismo Democrático, junto con la democracia directa y la ecología, comprendida más allá de la protección y el cuidado del medio ambiente.
Un proyecto político de praxis radical, anti-patriarcal y, por ende, alternativo al estatismo y al capitalismo que ha dejado de ser una mera teoría para convertirse en la inspiración de aquellos pueblos que día a día demuestran que otras formas de gobierno son posibles, aún en territorios de alta conflictividad y, como viene sucediendo desde el año 2011 particularmente en Siria, asolados por una guerra brutal en la que los poderes estatales regionales y transnacionales dirimen sus intereses y zonas de influencia sobre la aniquilación y los desplazamientos forzados de cientos de miles de personas a las que antes de la revolución, sólo parecían estar destinadas a la opresión y a la muerte.
Miradas que se compartieron en el taller de Jineolojî
A partir de la lectura de un texto breve y luego de compartir la proyección de un corto sobre “La Revolución de Rojava”, las participantes del taller nos pensamos y problematizamos nuestro aquí y ahora. Se plantearon desafíos en pos de la construcción de feminismos que no reproduzcan prácticas como la estigmatización, la discriminación, la burocratización, la exclusión, las violencias y opresiones en todas sus formas, concluyendo que para lograrlo es necesario un profundo proceso de crítica y auto-crítica individual y colectiva tendiente a detectar y desarticular este tipo de prácticas extendidas más allá de lo discursivo.
Propusimos la multiplicación de espacios como las Casas de las Mujeres, tomando el modelo de las “Mala Jînan” (en kurdo), por entenderlas un espacio vital de articulación, encuentro, reflexión y fortalecimiento de las mujeres en los territorios, sin que esto se limite a las zonas más empobrecidas y por ende más vulnerables.
Concluimos en la necesidad de romper con las lecturas binarias de la realidad, lo cual nos va a permitir comprender la complejidad de situaciones concretas incluso en contextos formalmente alejados de los nuestros. Reconocimos la importancia de pensar colectivamente y accionar en situaciones concretas; diagramando estrategias que nos permitan superar la mera –aunque necesaria- instancia de movilización para poder así trascender un activismo que no siempre se traduce en organización popular. En este sentido, la descolonización y la despatriatcalización de nuestras prácticas y pensamientos son tareas urgentes para llevar adelante estos desafíos.
Celebramos este tipo de Encuentros que abonan el camino para reafirmar nuestro compromiso rebelde y nos hermana en una lucha que no reconoce fronteras y acorta distancias entre geografías lejanas.
Durante el cierre del Encuentro, desde la Comisión de Solidaridad se propuso un saludo colectivo y fraterno a todos y todas las compañeras del Movimiento. ¡Mujer, Vida, Libertad! ¡Viva la Revolución de Rojava!