La gente de Afrin había estado viviendo en paz en sus propias tierras desde el comienzo de la guerra civil siria, y la ciudad había albergado a cientos de miles de refugiados. Pero la gente ahora ha tomado la ruta de migración después de que el estado turco atacó.

La población de Afrin ha sido asesinada en cientos, herida en miles, y todas sus casas fueron saqueadas por el estado turco y Al Qaeda, ISIS y pandillas Al-Nusra, por no doblegarse al colonialismo turco. La invasión turca ha obligado a cientos de miles de personas de Afrin a abandonar sus hogares. Se estima que de 150 a 200 mil personas se han establecido en la región de Shehba. Ahora estas personas viven en condiciones duras en edificios, patios, mezquitas, escuelas y automóviles medio demolidos en Shehba.

En declaraciones a la agencia de noticias ANHA de Rojava, los ezidi que viven en Afrin y que también emigraron a Shehba junto con otros residentes, declararon que el estado turco pretende perpetrar otra masacre de Shengal, y que se mudaron de Afrin para evitar una probable masacre como la cometida en Shengal en 2014.

Una mujer ezidi, Suad Hiso, instó a la comunidad internacional a mostrar sensibilidad frente a los ataques en curso, ya que los pueblos de Afrin enfrentaron una amenaza de gran masacre que los obligó a emigrar.

"El estado turco nos lanzó bombas", dijo otra mujer Ezidi llamada Meryem Ebdo, y agregó: "Migramos especialmente debido a la amenaza de masacre contra Ezidis en consideración del hecho de que el estado turco cometió numerosas masacres contra minorías a lo largo de la historia".

Fatma Ilyas señaló que los ataques del estado turco y sus grupos jihadistas afiliados, contra Afrin se llevan a cabo sin considerar ningún valor humanitario. Según ella, los ataques se dirigen a la coexistencia de diferentes pueblos y grupos de fe establecidos en Afrin. Ella subrayó que Afrin quedará libre de invasores y que regresarán a casa.