El año pasado en Argentina se editó el primer tomo del libro “Toda mi vida fue una lucha”, de Sakine Canzis, una de las fundadoras del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), asesinada en París en 2013 junto a las militantes Fidan Dogan, (representante del Congreso Nacional de Kurdistán) y Leyla Saylemez (miembro del movimiento juvenil kurdo).
Kurdistán América Latina ahora comparte la presentación del libro (publicado por Ediciones América Libre) escrito por Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo –Línea Fundadora-.
“Mujeres que dan ejemplo al mundo”
La historia de las mujeres kurdas nos acerca a las luchas de nuestras mujeres desde siglos pasados, a las luchas de las mujeres de los pueblos indígenas, a las luchas de nuestras hijas. Las mujeres fuimos invisibles muchos años hasta que la sociedad entendiera que era una lucha compartida de hombres y mujeres que tenemos los mismos ideales. Fuimos y somos invisibilizadas por un sistema machista, patriarcal, que no terminamos nunca de combatir.
La lucha de ellas es como la resistencia en las comunidades indígenas que habitan nuestros países de América Latina. Parece invisible, pero su resistencia se hace cada día más fuerte y comienza a mostrarse al mundo.
Yo conocí de cerca de las mujeres kurdas. Estuve con las madres kurdas, que a la par nuestra luchan por lo mismo, por esas hijas que fueron asesinadas, desaparecidas, torturadas, y por las que siguen la lucha con valentía.
Las mujeres kurdas dan ejemplo ante el mundo de su valentía, de su fuerza y de su ternura. Son mujeres que lo mismo que llevan un rifle, llevan una flor en sus manos. Tienen la poesía en sus luchas y en su espíritu, y nos dan ejemplo para el mundo entero.
Este libro, esta historia que cuenta Sakine Canzis, nos muestra cómo las mujeres kurdas dejan una estela que invita y provoca un deseo de luchar en todo el mundo, por su pueblo, por una nación libre del imperialismo, de las persecuciones, libres de guerras y de los atropellos que nos hace el propio sistema patriarcal.
Yo estoy contenta de haber podido estar con ellas, recordar a las que les quitaron la vida. Mujeres que hacen sombra a muchos hombres que pretenden llevarse el mundo por delante.
Las felicito, las abrazo, y les digo que son inolvidables. Que cada generación de ellas que va creciendo nos da un ejemplo de resistencia, que mantenemos en alto con orgullo.