Sonja Karimi interviene en la Reunión Parlamentaria de Emergencia en Londres
Sonja Karimi interviene en la Reunión Parlamentaria de Emergencia en la Cámara de los Comunes sobre los ataques a kurdos en Siria e Irán.
Sonja Karimi interviene en la Reunión Parlamentaria de Emergencia en la Cámara de los Comunes sobre los ataques a kurdos en Siria e Irán.
Sonja Karimi es representante diplomática de la KJAR (Comunidad de Mujeres Libres de Rojhilat). Es licenciada en Literatura Inglesa con especialización en Colonialismo y Estudios de Género. Karimi intervino en la Reunión Parlamentaria de Emergencia celebrada en la Cámara de los Comunes de Londres para debatir los ataques contra los kurdos en Siria e Irán el 7 de diciembre.
Este es el texto de su intervención:
Gracias por invitarme hoy aquí a participar en este debate tan importante sobre las actuales dificultades a las que se enfrentan los kurdos y las kurdas.
Cuando hablamos de Oriente Próximo, parece existir una tensión y vacilación colectivas por miedo a que pueda haber otra guerra. Por ello, a mí y a muchos otros y otras nos preocupa que esta vacilación esté moldeando y ahogando el discurso y, en última instancia, el resultado de la situación en Irán. Las estadísticas actuales sugieren que los habitantes fars son una minoría, sobre todo en las regiones del Gran Irán formadas por diversas nacionalidades colonizadas, oprimidas y sometidas a limpieza étnica, como los kurdos, los baluchis, los turcos (azeríes) y los árabes (ahwazis), entre muchos otras. En estas provincias son mayoría, y los fars son una minoría del 2-3 %. Sin embargo, son estas nacionalidades las que faltan en el discurso cuando los medios de comunicación y el ámbito político internacional debaten la situación en Irán. Por ejemplo, que Irán prohíba por ley la expresión de identidades no fars y no musulmanas, hace que sea ilegal ponerle a tu hijo un nombre kurdo. Esto ha dado lugar a que la gente identifique erróneamente a Jina Amini como Mahsa Amini, y esta clase identificación errónea se da en muchos miles de casos de personas asesinadas por el régimen.
Aunque ustedes crean en el apoyo a las mujeres y la promoción de sus derechos, la incapacidad de reconocer o comprender el hecho de que personas como Jina Amini son objeto de discriminación interseccional está jugando directamente a favor del régimen iraní. El régimen iraní y sus predecesores llevan mucho tiempo intentando eliminar la diversidad y limpiar étnicamente la región. Debemos levantar el velo y ser directos y directas sobre las atrocidades que están ocurriendo en Irán. De hecho, lo que comenzó como diversas protestas contra la opresión del régimen y se centró en la “Policía de la Moralidad” y la muerte de Jina Amini bajo su custodia, ha cambiado rápidamente de rumbo y se ha convertido en algo mucho más grave. El número de civiles que se sublevan contra el régimen es mucho mayor en las provincias que no pertenecen a fars, y la intensidad de la respuesta del régimen también es mucho mayor allí. No se puede confiar en las estadísticas que da el régimen, la organización mediática Iran International quiere hacer creer que hasta finales de noviembre han muerto 448 personas y 18.700 han sido detenidas.
Sin embargo, sabemos que estas estadísticas son deliberada y enormemente engañosas. Hubo una masacre en Zahedan que comenzó el 30 de septiembre, cuando la policía del régimen comenzó a disparar al azar contra una multitud de personas que salían de la mezquita después de las oraciones. Sólo en este caso, se calcula que mataron a 96 personas. Además, la Organización Kurda de Derechos Humanos ha recibido información que confirma que más de 300 estudiantes han desaparecido de las universidades de la región kurda. Más de 130 niños y niñas que serían menores según las leyes internacionales de derechos humanos han sido detenidos y torturados y muchos otros y otras han sido asesinados de camino a la escuela. El número de personas desarmadas tiroteadas con ametralladoras, fusiles y otras armas de uso militar en zonas como Javanroud, Kermanshah, Sanandaj, Saqqez y Mahabad aumenta día tras día, y el número de heridos y heridas supera el umbral de los 20.000, según las estadísticas de la organización kurda de derechos humanos. Circulan vídeos de civiles que no participan en ningún levantamiento y, sin embargo, son captados por los servicios de inteligencia iraníes y detenidos, tiroteados o maltratados. Escuchamos testimonios de hombres y mujeres que son torturados y violados bajo custodia.
Resulta asombroso que cualquier sociedad democrática, institución mediática o gobierno de fuera de Irán se plantee calificar la situación de “protesta”, ya que sugiere que, si se produjeran protestas en Occidente, el gobierno podría sacar metralletas y apuntar a la gente sin que nadie pestañeara. Seguir etiquetando erróneamente esta situación es dar a Irán la licencia para llevar a cabo un genocidio masivo con una misión de limpieza étnica, bajo el pretexto de reprimir las protestas. No utilizo este término a la ligera. Sin embargo, debemos reevaluar y redefinir la situación en Irán. Que no quepa duda de que esa situación y, en particular, el uso de armas de grado militar contra civiles desarmados se ajusta a la definición de guerra. Irán ha instigado una guerra contra los ciudadanos y las ciudadanas de Irán y las demás nacionalidades del Gran Irán.
Pedimos que el gobierno británico reconozca que la situación va más allá de una protesta y que, por definición, Irán ha instigado una guerra. También pedimos su apoyo para retirar a Irán de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer. También hemos oído hablar de una “misión de investigación” para determinar si Irán ha violado los derechos humanos, cometido crímenes de guerra, etc. Nos gustaría que una integrante de la KJAR participara en ella.
Las actuales estrategias violentas de Irán dirigidas a oprimir y limpiar la pluralidad en la región son una respuesta directa al eslogan “Jin, Jiyan, Azadi” o, como se traduce, “Mujer, Vida, Libertad”.
Jin = Derechos de la mujer.
Jiyan = Proteger la ecología, el medio ambiente y, en consecuencia, la vida y lo que la sustenta.
Azadi = Lucha contra la colonización, el patriarcado y todas las formas de opresión.
A pesar de sus raíces bien documentadas en Rojava, la historia y el significado cultural de ese lema casi han sido borrados de las narrativas dominantes. No es un mero eslogan; es el fundamento de la teoría de la Jineolojî, que el pueblo de Irán reclama como alternativa al Régimen iraní. La KJAR forma parte de esa historia y está vinculada a esa ideología; la KJAR es el único sindicato que actúa con independencia de cualquier partido u organización.
Aquí, debido a la naturaleza profundamente diversa de la región, creemos que existe una tercera vía para gobernar y garantizar la estabilidad y la democracia trabajando desde el pueblo hacia arriba y no desde el gobierno hacia abajo. La KJAR también ha trabajado intensamente con personas ajenas a la comunidad kurda para forjar una alianza con mujeres y hombres de otras nacionalidades colonizadas por Irán, como los baloch, los turcos, los árabes y muchas otras. El proyecto propuesto por la KJAR para asegurar la región es amplio y puede obtenerse en la página web Kurdistan Free Women's Society. Incluye políticas como la formación de sindicatos para todas las instituciones, incluidos los comités de barrio; estos comités deben incluir a mujeres, y sus responsabilidades son con los y las civiles, garantizando su participación en la sociedad y en el proceso de gobierno. Además de la formación de alianzas democráticas en el exterior, deben formarse leyes que pongan fin a las violaciones sancionadas por el Estado, la tortura y la criminalización de quienes pertenecen a grupos étnicos y religiosos distintos. Hay que estructurar políticas que apoyen a los grupos ecologistas y medioambientales.
Antes de concluir, me gustaría recordar al pueblo oprimido de Irán y a quienes viven en el exilio. A medida que se acerca la Noche de Yalda, debemos recordarnos a nosotros mismos y a nosotras mismas que el más brillante de los amaneceres siempre rompe la noche más larga y oscura, y para superar la oscuridad que el Régimen iraní ha arrojado sobre nosotros y nosotras, debemos marchar como una pluralidad hacia la unidad y la democracia.