La Coordinadora Hasankeyf emitió un último llamamiento para salvar la antigua ciudad de Hasankeyf y el valle del Tigris mientras la presa Ilısu los engulle lentamente.

La Coordinadora Hasankeyf dijo que esta es la última llamada para intentar detener la destrucción del sitio de 12.000 años de antigüedad.

Las puertas de la presa comenzaron a cerrarse en julio de 2019 con la consiguiente destrucción de vidas en el río Tigris y el valle del Tigris. Varias personas se vieron afectadas por la subida de las aguas y cuando éstas llegaron a los pueblos, la gente se vio obligada a emigrar sin siquiera llevarse sus posesiones. Una persona murió ahogada en el embalse de la presa, según el comunicado.

En el comunicado se recordaba que "se han construido cuatro nuevos asentamientos por parte de las Obras Hidráulicas del Estado (DSI) para acoger a las 80 aldeas que serán completamente sumergidas y a las 124 aldeas que serán parcialmente sumergidas. Decenas de miles de personas han empezado a emigrar a Siirt, Batman, Diyarbakır y otras grandes ciudades con la escasa compensación que podrían recibir. Más de diez mil personas 'sin tierra' han estado emigrando sin ninguna compensación".

Una vez más la Coordinadora Hasankeyf llamó a "todas las autoridades: todavía hay una oportunidad de corregir este error. Este proyecto de destrucción debe ser detenido inmediatamente, las puertas de la presa deben abrirse de forma controlada y el embalse debe ser retirado. El río Tigris debe fluir libremente, la antigua ciudad de Hasankeyf debe seguir viviendo".

La diputada del HDP Züleyha Gülüm dijo: "Estamos atravesando un proceso en el que la naturaleza, la humanidad, la historia y la cultura están siendo destruidas y no se limita a Hasankeyf. El proyecto del Canal de Estambul, como los proyectos del Mar Negro y el Monte Ida, son proyectos que provocan destrucción."