Abdullah Öcalan, fundador y líder del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), pronunció un discurso con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en 1997.
Estando encarcelado en un complejo penitenciario de alta seguridad en la isla de İmralı, Turquía, desde febrero de 1999, Öcalan prestó atención a la relación entre mujer, vida y libertad (Jin, Jîyan, Azadî).
“Jin, Jîyan, Azadî – Mujer, Vida, Libertad enfatiza el carácter de liberación de las mujeres del movimiento y es uno de los resultados más importantes del pensamiento político kurdo. Los conceptos de 'jin, jîyan' son bastante significativos. Las mujeres deben ser poderosas, libres y deben tener agencia”, escribió Öcalan en sus notas.
“'Jin û jîyan' ya significa lo mismo. La vida en Kurdistán, el concepto de 'jin û jîyan', es similar. Jin significa vida, pero en tus manos ahora parece muerto. Ahora queremos que la mujer encuentre la vida”, continúa en sus notas de agosto de 1998.
En su discurso de 1997, comenzó celebrando el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer. Entonces apareció vincular mujer, vida y libertad a partir de sus observaciones sobre su madre.
“Deduje de mi madre que la vida había terminado, la familia había muerto, el país nunca había existido, la gente nunca había existido. Entonces llegué a la conclusión de que quiero ser hijo de esa madre libre y conocer el valor de ella. Para hacerla dueña de ese país libre, dueña de la vida…”, dice.
El eslogan feminista “Jin, jîyan, azadî” que surgió del movimiento kurdo ha dado forma a varias décadas de pensamiento político entre los kurdos y se ha extendido a nivel mundial después de la muerte de la kurda Jîna Mahsa Amini, de 22 años, bajo custodia policial iraní, que desató protestas a nivel nacional.