El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdoğan, se reunieron durante una hora al margen de la cumbre de los veinte países industrializados más importantes que se celebra en Roma.
Según la Casa Blanca, durante el encuentro Biden subrayó su deseo de "mantener relaciones constructivas, ampliar las áreas de cooperación y gestionar nuestros desacuerdos de forma eficaz".
Los líderes discutieron el proceso político en Siria, la entrega de ayuda humanitaria a los afganos necesitados, las elecciones en Libia, la situación en el Mediterráneo Oriental y los esfuerzos diplomáticos en el Cáucaso Sur, según un comunicado de Washington.
"El presidente Biden reafirmó nuestra asociación en materia de defensa y la importancia de Turquía como aliado de la OTAN, pero señaló la preocupación de Estados Unidos por la posesión por parte de Turquía del sistema de misiles ruso S-400. También hizo hincapié en la importancia de unas instituciones democráticas fuertes, el respeto de los derechos humanos y el Estado de Derecho para la paz y la prosperidad", dice el comunicado.
La compra del sistema ruso de defensa antimisiles S-400 ha sido una fuente de tensión entre Estados Unidos y Turquía durante años, ya que es incompatible con los sistemas de la OTAN y ha alimentado los temores en Washington de que pueda ser utilizado para espiar los sistemas de armas estadounidenses. Lo que está en juego son principalmente los cazas F-35 de Estados Unidos, y el sistema S-400 se considera el adversario potencial más peligroso del combate polivalente.
Antes de la reunión entre Biden y Erdoğan, Reuters había informado de que el presidente estadounidense advertiría al presidente turco Tayyip Erdogan de que cualquier acción precipitada no beneficiaría a las relaciones entre Estados Unidos y Turquía y que debían evitarse las crisis después de que Erdogan amenazara con echar al embajador estadounidense en Turquía y a otros enviados extranjeros por pedir la liberación de Kavala.