La europarlamentaria Julie Ward ha enviado una carta al Secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Dominic Raab, instándole a hacer declaraciones ante el gobierno turco sobre la amenaza que la presa Ilisu supone para el emplazamiento histórico de Hasankeyf y sus impactos negativos.
La carta también ha sido firmada por el profesor Felix Padel y Henry Brooks de Kurdish Solidarity Cymru.
La eurodiputada ha escrito: “A mediados de julio, nuestra pequeña delegación de Gales e Inglaterra viajó a la ciudad de Hasankeyf, en el sureste de Turquía. Algunos de nosotros habíamos emprendido este largo viaje antes de recibir la invitación de los diputados locales y otros dignatarios que están tratando de llegar a la comunidad internacional movilizados por la solidaridad cívica”.
La carta continúa: “Nuestro viaje de hace 2 semanas a Hasankeyf tuvo como objetivo principal presenciar y participar en una protesta contra la construcción y el llenado de la presa hidroeléctrica Ilisu, ahora está casi completada. La presa aún no se ha llenado, más allá de una prueba de inundación de algunas carreteras locales. No obstante, si la presa se llena, Hasankeyf y las aldeas circundantes quedarán sumergidas hasta en un 80%, bajo 60 metros de agua.
Hasankeyf tiene alrededor de 12.000 años de antigüedad. A los pies del río Tigris, ha sido el hogar de muchas de las civilizaciones más antiguas e impresionantes del mundo, desde los hurritas y los asirios hasta los imperios romano, bizantino y otomano. Cientos de emplazamientos arqueológicos ya identificados todavía no han sido excavados. La finalización de la presa Ilisu destruirá este rico patrimonio cultural. El estado turco ha hecho un esfuerzo para reubicar una serie de monumentos de la ciudad, pero en el proceso de reubicación se está destruyendo el patrimonio cultural. Innumerables reliquias, descubiertas y por descubrir, permanecen en riesgo por el llenado de la presa.
Hoy la población de Hasankeyf está formada por una mezcla de kurdos, árabes y turcos. Muchas familias han vivido en Hasankeyf y sus alrededores durante generaciones. Estas comunidades serán desplazadas y destruidas con la finalización de la presa Ilisu. Se está construyendo un “Nuevo Hasankeyf” cerca, pero las viviendas son inadecuadas y costosas, hasta el punto de ser inaccesibles para muchos de los residentes anteriores. Debido a las deudas contraídas para comprar nuevas viviendas, miles de personas se enfrentan a su empobrecimiento. Las comunidades kurdas están particularmente en riesgo, equivaliendo este desplazamiento a otro de los ataques del Estado turco contra las tradiciones culturales y lingüísticas más vulnerables.
Más arriba y abajo de la zona, numerosos ecosistemas frágiles de las orillas del Tigris están también en riesgo. La presa está diseñada para no durar más de 100 años, pero el daño ambiental podría ser irreversible.
Las Marismas Mesopotámicas en el sur de Iraq, hogar de los ‘árabes de los pantanos’ y declaradas patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 2016, corren el riesgo de ser drenadas con la finalización de la presa.
Geopolíticamente, la construcción de la presa equivale a una toma de poder por parte de Turquía. La presa le daría a Turquía un gran poder sobre el suministro de agua que continúa río abajo a través de Irak, incluyendo las ciudades de Mosul y Bagdad.
Los activistas en Turquía, Irak, Irán y en todo el mundo han planteado estas preocupaciones geopolíticas, culturales y ambientales sobre la presa Ilisu durante las últimas tres décadas, y ahora se encuentran en una coyuntura crucial. La presa está bien desarrollada pero, como dice un eslogan repetido a menudo por los activistas, ‘no es demasiado tarde para salvar a Hasankeyf’.
Los firmantes instan al Secretario de Relaciones Exteriores “a hacer declaraciones ante el gobierno turco sobre la amenaza que la presa Ilisu supone para el emplazamiento histórico de Hasankeyf y sus impactos negativos”.
Los firmantes también instan al Secretario de Relaciones Exteriores a visitar la ciudad de Hasankeyf “usted mismo, como lo hicimos nosotros, para conocer a sus residentes y conocer su lucha. Podríamos ayudar a facilitarle ese viaje. Sobre todo, le instamos a hablar en defensa de esta ciudad única e internacionalmente importante, para defenderla antes de que se pierda no solo para quienes viven en Hasankeyf, sino para el mundo entero”.