Con el 55 %, Boric se convirtió en el presidente de Chile: “La esperanza venció al miedo"

La izquierda le ganó las elecciones a la ultraderecha y Gabriel Boric se convierte en el presidente más joven y el más votado de la historia chilena.

Ayer, con una jornada de intenso calor, los y las chilenas participaron de las elecciones presidenciales más polarizadas desde el retorno de la democracia en 1989. Con el 55,87 de los votos, Gabriel Boric de Apruebo Dignidad se convirtió en el presidente de Chile superando por más de 10 puntos al candidato de la ultraderecha José Antonio Kast.

Boric se convertirá así en el presidente más joven y el más votado en la historia chilena. Deberá acompañar, desde su cargo, el proceso del plebiscito ratificatorio de la Nueva Constitución que debería hacerse durante el primer semestre del próximo año.

Finalizada la jornada electoral,  Boric fue felicitado por su contrincante Kast y por el actual presidente Sebastián Piñera, quien le dijo: “Sáquese una foto cuando entre a La Moneda y otra cuando salga, porque gobernar es muy difícil”. “Espero hacerlo mejor que usted”, le contestó Boric.

El pueblo chileno salió a festejar a las plazas con banderas chilenas y mapuche y gritos como “¡Ganó el pueblo!” y “Ni un paso al fascismo”.

Las propuestas de Boric

El flamante Presidente había anunciado durante la campaña que apuesta por un nuevo modelo de desarrollo, centrado en las energías renovables, los impuestos a las grandes fortunas y el fomento a la ciencia y tecnología; además de fortalecer los derechos de la mujer y las minorías sexuales, la salud (incluyendo la mental), el medio ambiente y la cultura.

En su primer discurso ante una multitud, Boric comenzó saludando en mapudungun, la lengua mapuche, agradeciendo a los chilenos que “honraron su compromiso con la democracia”. “No importa en este momento si (votaron) por mí o mi contrincante. Lo importante es que mostraron su compromiso con este país que es de todas y de todos. También a quienes quisieron asistir a votar y no pudieron por la falta de transporte público. No puede volver a ocurrir que en un día tan relevante como este se prive a la gente de ejercer su derecho a voto”, indicó.

En ese sentido, agregó: “Tengo 35 años y sé y tengo claro que la historia no empieza con nosotros. Siento que nuestro proyecto es heredero de una larga trayectoria histórica, la de quienes desde diferentes posiciones han buscado incasablemente la justicias, la ampliación de la democracia y la defensa de los derechos humanos (…) Porque estamos en un nuevo ciclo histórico. Seré el presidente de todos los chilenos y chilenas”.

Reconoció que “los tiempos que vienen no serán fáciles” y que deberá hacerle frente a las consecuencias de la peor pandemia del último siglo, pero también del Estallido Social. Y con respecto a esto último señaló enérgico: “Nunca, por ningún motivo debemos tener a un presidente que le declare la guerra a su propio pueblo”. Esta frase hace referencia a las declaraciones de Piñera, en medio de la revuelta chilena de 2019, asegurando que “estábamos en guerra”. Luego repitió el cántico que surgió entre el público: “Justicia, verdad, no a la impunidad”.

Así, en una clara diferencia con el actual Presidente habló de defender los derechos humanos y la nueva constitución, y luchar contra proyectos que destruyan el medio ambiente: “No podemos mirar para al lado cuando la avaricia de unos pocos destruye ecosistemas únicos”.

Hacia al final selló su primer discurso con “Hoy día la esperanza le ganó al miedo. Chilenos y chilenas hemos llegado con un proyecto de gobierno, que se puede sintetizar en avanzar con responsabilidad en los cambios estructurales que Chile necesita. Nuestro gobierno va a ser un gobierno con los pies en la calle”.

El mandato de Boric tendrá un gran proceso protagónico que es la creación de una nueva constitución chilena. La misma debería votarse en un plebiscito de salida durante el primer semestre de 2022.

Pero también, deberá hacerle frente al crisis económica y a la pandemia del coronavirus con un Senado y Cámara de Diputados sin mayorías ni para la derecha ni para la izquierda. Sus primeras medidas, la conformación del gabinete y el papel de los partidos son incógnitas que comenzarán a despejarse en los próximos meses, tanto como los liderazgos que emergerán en la oposición.