Şiyar Amed: "El congreso fue la respuesta más significativa a Öcalan"
Şiyar Amed afirmó que el congreso respondió al llamamiento de paz del presidente Öcalan y lo describió como el inicio de un proceso histórico de transformación.
Şiyar Amed afirmó que el congreso respondió al llamamiento de paz del presidente Öcalan y lo describió como el inicio de un proceso histórico de transformación.
El XII Congreso Extraordinario del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) fue descrito por el delegado Şiyar Amed como un nuevo comienzo. Declaró: “El congreso fue la respuesta más significativa al llamamiento de paz y sociedad democrática del presidente Öcalan”.
Según Amed, el congreso marcó el inicio de una nueva lucha por construir un socialismo democrático y comunal. Dijo: “Este proceso no sólo representa un momento decisivo en la historia del PKK, sino también la apertura de un nuevo horizonte para el pueblo kurdo y para todos los pueblos de Oriente Medio”.
Las declaraciones completas de Şiyar Amed fueron las siguientes:
“El congreso para disolver la organización y poner fin a la lucha armada fue la respuesta más significativa al llamamiento del presidente Abdullah Öcalan por la paz y una sociedad democrática. Ante todo, el congreso saludó la resistencia del presidente Öcalan. Con total unidad, respondió a su llamamiento. Al mismo tiempo, este llamamiento fue recibido con gran entusiasmo y emoción por una nueva etapa. Surgió una fuerte determinación. Por tanto, está claro que este congreso representó lealtad hacia Abdullah Öcalan y una plena adhesión al proceso que él inició. Fue un congreso que respondió y asumió ese proceso.
El congreso se convirtió en un espacio donde se abrazó plenamente y de forma clara la lucha del PKK, que ya lleva 47 años, y la lucha de 52 años del presidente Öcalan. Desde el primer congreso hasta hoy, desde los primeros mártires hasta el presente, cada etapa de esta historia y todos los valores generados a través de ella fueron defendidos con firmeza y compromiso.
Desde Haki Karer hasta los camaradas Fuat y Rıza, hasta los mártires más recientes de la resistencia en Zap, todos fueron conmemorados con profundo respeto. Al mismo tiempo, el congreso afirmó su determinación de cumplir sus sueños y aspiraciones avanzando en la construcción del socialismo democrático y comunal en esta nueva era. Esto fue declarado como la respuesta más genuina a su memoria. También debe señalarse que el lenguaje de paz, democracia, diálogo y reconciliación, desarrollado y profundizado gracias al gran esfuerzo del estimado Sırrı Süreyya Önder, fue una característica definitoria del congreso. Sus esfuerzos, valores y trabajo incansable fueron reconocidos y honrados. Esto debe decirse claramente.
Aunque el congreso declaró formalmente la disolución del PKK y el fin de la lucha armada, no supuso un final, sino un comienzo. Simbolizó la conclusión de una fase histórica y la apertura de otra nueva. Ha surgido un nuevo horizonte para la región, para la solidaridad internacional y para las luchas globales. Si comparamos el primer congreso con este, el primero representó la ruptura de la sentencia de muerte emitida contra los kurdos, mientras que este representa el cierre de ese capítulo y el inicio de un proceso para realizar la libertad. Expresa el fin de una era y el nacimiento de otra.
Este nuevo proceso hace un llamamiento al pueblo kurdo, al pueblo turco, a todos los pueblos que viven en Turquía y a los pueblos de Oriente Medio para que se unan en la lucha y construyan una sociedad democrática y pacífica. Estamos hablando de un Oriente Medio convertido en un campo de fuego. El proceso que el presidente Öcalan está intentando fomentar con un lenguaje de reconciliación democrática marca el inicio de una nueva fase para la región. Verdaderamente estamos entrando en un periodo que será testigo de grandes acontecimientos. Por tanto, este congreso puede describirse como uno que influirá no sólo en Oriente Medio, sino también en la política global.
Por supuesto, la decisión de disolver la organización y poner fin a la lucha armada por sí sola no traerá consigo estos desarrollos. Sin embargo, elimina el principal pretexto utilizado por los poderes globales para criminalizar continuamente la existencia del PKK. Mirando hacia adelante, estamos entrando en un periodo en el que las ideas presentadas por el presidente Öcalan bajo la bandera del socialismo democrático y comunal irradiarán por todo el mundo, convirtiéndose en una fuente de gran esperanza para la humanidad, como una nueva luz, un nuevo sol que nace. Este es el significado más profundo del congreso. Debe enfatizarse que este proceso no es, como algunos actores de mente estrecha u oportunistas pretenden con su propaganda superficial, una rendición. No puede reducirse a una visión tan simplista.
Este congreso debe verse como un momento en el que el espíritu del PKK, su esencia libertaria y comunal, inicia una nueva fase de construcción social. Abre el camino para la lucha por el socialismo democrático y comunal. En este sentido, nos estamos acercando a la realización de los sueños, esperanzas y objetivos a los que nuestros mártires dedicaron sus vidas. También estamos entrando en una nueva fase, habiendo superado muchos obstáculos que antes se interponían en nuestro camino.
El presidente Öcalan ha abierto nuevas puertas. Esperamos que todas las fuerzas implicadas interpreten correctamente y respondan a estas oportunidades. Para nosotros, este momento exige aún más responsabilidad y seriedad. Debemos trabajar más que nunca. Para construir el socialismo democrático y comunal, debemos integrarnos más que nunca en la sociedad. Y debemos avanzar en este proceso utilizando el lenguaje del diálogo democrático y la reconciliación que Sırrı Süreyya Önder ha defendido durante tanto tiempo.
El espíritu y el lenguaje del presidente Öcalan definieron verdaderamente la atmósfera del congreso. Con gran sensibilidad y un profundo sentido de la responsabilidad, el congreso se llevó a cabo íntegramente sobre la base del diálogo y la reconciliación. En este sentido, el congreso cumplió su deber. Lo que queda ahora es la responsabilidad de todos nosotros, de toda la sociedad, de abrazar el espíritu que surgió del congreso y de avanzar en la nueva lucha comunal con mayor fe y determinación. Este es verdaderamente el periodo para crear y construir la libertad. El sistema construido sobre la negación de la identidad kurda ha sido ahora gravemente fracturado. En este sentido, podemos hablar de una victoria ideológica del presidente Öcalan.
Pero el periodo que se avecina trata de lograr y asegurar la libertad. Si se entiende el congreso desde esta perspectiva, su significado se vuelve claro. De lo contrario, reducirlo a una interpretación limitada, como si se tratara meramente de la disolución de una organización debido al fracaso, estaría muy lejos de la verdad. Por supuesto, los logros del PKK durante su lucha de 47 años no pueden enumerarse ni describirse por completo. Nuestro pueblo lo sabe mejor que nadie. En esta nueva era, la lucha avanzará con el objetivo de asegurar la libertad del pueblo kurdo y de presentar a toda la humanidad el horizonte del socialismo democrático. Estamos entrando en un periodo en el que el carácter internacional de la lucha será abrazado no sólo por intelectuales, artistas y filósofos, sino también por todos los pueblos, movimientos ecológicos, movimientos de liberación de las mujeres y movimientos juveniles comprometidos con la libertad.
Hasta ahora, los poderes globales han utilizado continuamente el nombre del PKK como pretexto para bloquear el desarrollo de movimientos democráticos. Cada vez que se tomaba una acción en nombre del PKK, respondían con leyes destinadas a criminalizarla y reprimirla. Ahora que este pretexto ha perdido su poder, estamos entrando en una nueva era en la que todas las fuerzas de la modernidad democrática en todo el mundo abrazarán abiertamente la lucha por el socialismo democrático, se organizarán en torno a ella y se convertirán en movimientos de masas. Estamos presenciando la emoción de esta nueva era.
Esa emoción, moral y energía estuvieron claramente presentes en el congreso. Por supuesto, este congreso no lo ha completado todo. La siguiente etapa implica construir la lucha comunal democrática. ¿Cuál será su lenguaje, método y tono? ¿Qué se ha logrado y qué queda por hacer? ¿Cómo debemos proceder de ahora en adelante? Estas discusiones, sin duda, continuarán.
Tales debates deben tener lugar en todos los ámbitos, pero dejemos algo claro: el congreso del PKK no fue uno que contradijera sus valores fundamentales. Por el contrario, fue un congreso que abrazó y defendió sus principios democráticos y revolucionarios. Colocó estos valores como base de la siguiente fase de la lucha y se comprometió a construir la nueva era sobre esa base.