Durante meses, las organizaciones kurdas han estado exigiendo una investigación independiente sobre el uso de armas químicas por parte de Turquía en Kurdistán. Se han producido numerosas protestas frente a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) en La Haya para reiterar esta exigencia.
En los medios de comunicación y en la política, las acusaciones son constantemente ignoradas. Para romper el silencio general, el movimiento juvenil kurdo volvió a pedir a la OPAQ que actuara el pasado 3 de diciembre. Un gran número de activistas de varios países europeos viajaron al lugar de la acción, y algunos de ellos/as incluso lograron ingresar al edificio de la organización. La policía detuvo a 44 personas, 39 de las cuales fueron puestas en libertad después de tres días bajo custodia.
Cinco activistas restantes fueron llevados hoy ante un tribunal. La fiscalía holandesa acusa a Sinan E., Abdullah G., Serhat E., Hakan H. y Hugo G. de daños a la propiedad pública, violencia contra la policía, violación de la ley de reunión y allanamiento. El tribunal ordenó la prisión preventiva de cuatro activistas. La próxima audiencia judicial es el 23 de febrero. Serhat E. será deportado a Francia porque su procedimiento de asilo está en curso allí.
Como aseguró el abogado Hüseyin Aktaş, los arrestos y la decisión de expulsión tienen motivaciones políticas: "El tribunal toma decisiones bajo presión de los países de la Unión Europea (UE). Las organizaciones kurdas han apelado a la OPAQ varias veces y exigido una investigación sobre las armas químicas. Esta demanda ha sido ignorada. Por lo tanto, las y los jóvenes han vuelto a intentar hacer oír su voz. Las órdenes de arresto tienen como objetivo criminalizar a activistas. Sin embargo, no ha habido ataques a agentes de policía ni daños a la propiedad pública. El propósito es, obviamente, castigar al movimiento kurdo".