Según la información recibida, los presos políticos de las cárceles tipo F y T fueron envenenados y trasladados al hospital la noche del 10 de agosto.
Se supo que 40 presos políticos fueron intoxicados por el agua que bebían o la comida que les daban.
Los detenido, que experimentaron vómitos y náuseas constantes, fueron trasladados nuevamente a prisión después de su tratamiento en el Centro Médico Van Dursun Odabaşı.
Anteriormente habían solicitado a la administración penitenciaria que tomara precauciones con respecto al agua potable y la comida de los presos políticos, pero no pudieron obtener ningún resultado.
Las organizaciones de derechos humanos han declarado durante mucho tiempo que las condiciones carcelarias son inhumanas y que los derechos humanos básicos están suspendidos.