El autor francés Hervé Hamon escribió un editorial para Le Télégramme expresando su preocupación por el destino de los kurdos atrapados entre Irak, Siria y Turquía, cuyo presidente, Erdogan, es sospechoso de querer aniquilar a este pueblo.

"Llaman a su país Rojava y lo conquistaron en 2012, durante la "Primavera Árabe". Construyeron un territorio entre el Tigris y el Éufrates que es cuatro veces el tamaño del Líbano, que administran de acuerdo con fuertes principios: laicismo, igualdad entre mujeres y hombres, y preocupación por el medio ambiente. Contra Assad, y con sus aliados cristianos y árabes de las Fuerzas Democráticas Sirias.

Durante la guerra siria, admiramos su coraje, especialmente el de sus mujeres en la batalla. Fueron nuestro baluarte contra el Estado Islámico, al que expulsaron, a costa de 36.000 muertos, desde Kobane (2014) hasta Raqqa (2017), la 'capital', que firmó el fin del llamado 'califato' islamista. Los vimos como nuestro punto de avance, nuestro escudo, pero Donald Trump, en 2019, dio la espalda, dejando el campo abierto para que los turcos dislocaran lo que se había formado. Erdogan, que ha construido un muro de 800 km entre Turquía y Rojava, solo tiene una obsesión: aniquilar al pueblo kurdo como sus predecesores lo hicieron una vez con los armenios. Tiene la intención de reinstalar a los islamistas en el territorio donde Daesh había establecido su control y, en cuatro ocasiones, atacó a los kurdos sin que los occidentales, sus "amigos", se estremecieran.

En el este, Irak ha establecido un verdadero bloqueo. En el oeste, los infiltrados turcos están practicando la limpieza étnica mientras el ejército otomano bombardea escuelas y aldeas. En el sur, Assad, que puede contar con el apoyo vigilante de Irán, está esperando el momento de la venganza. Sabemos que los turcos se están preparando para el asalto final. Controlan las presas en los ríos Tigris y Éufrates, y hay una falta de agua potable para el ganado y los cultivos. Rojava está al borde de la hambruna, esperando la guerra. Los drones de Erdogan detectan cuidadosamente sus objetivos, golpean a los líderes militares: siete de ellos, en su mayoría mujeres, han sido asesinados.

Mientras la reacción al despreciable intento de asesinato de Salman Rushdie se debate en los quioscos, ¿somos conscientes de que el Estado Islámico amenaza con restablecerse en tierras kurdas, gracias a uno de los principales miembros de la OTAN, nuestro "aliado"? El derecho de los kurdos es el derecho de los pueblos a la autodeterminación, como en Ucrania. Y nuestra incomprensible apatía está plagada de peligros que inevitablemente nos alcanzarán".