Los resultados de las elecciones europeas todavía son provisionales. Sin embargo, ya reflejan los que serán sus resultados finales a falta de algún que otro recuento de votos: la extrema derecha no gana, pero se refuerza de forma consistente. En Francia, Italia, Austria, Hungría y Bélgica se convierte en primera fuerza mientras que en Alemania alcanza ya el segundo puesto, incrementándose también en la República Checa donde Přísaha a Motoristé, liderada por el filonazi Filip Turek, se convierte en tercera fuerza, y en el Estado Español, donde el partido de extrema derecha Vox logra ser también tercera fuerza por detrás de los dos partidos mayoritarios.
Además, en el Estado Español irrumpe con tres escaños la nueva fuerza ultra liderada por Alvise Pérez, Se acabó la fiesta (SALF), a pesar de no haber presentado siquiera un programa electoral y basarse por entero en promesas hechas por medio de las redes sociales. Entre algunas de estas "promesas" está la de obligar a los presos a realizar trabajos forzosos o la deportación masiva de "ilegales".
Aunque gana la derecha moderada del Partido Popular Europeo (PPE) con 184 escaños, seguida de los socialistas europeos (S&D) con 139 escaños, sin que esto suponga grandes cambios con respecto a las pasadas elecciones, la suma de los escaños de todos los partidos de extrema derecha le darían a la ideología ultra el segundo puesto mayoritario en el Parlamento. Uno de cada cuatro eurodiputados será de ideología de extrema derecha.