La KCK pide investigaciones internacionales en las zonas guerrilleras del Kurdistán del Sur

El Comité de Salud de la KCK hace un llamamiento a la OPAQ y a Médicos Sin Fronteras para que investiguen el uso de armas químicas por parte de Turquía en las zonas de guerrilla del Kurdistán del Sur lo antes posible.

El Comité de Asistencia sanitaria de la KCK (Unión de Comunidades del Kurdistán) emitió una declaración dirigida directamente a la OPAQ, la ONU, el CPT y especialmente a Médicos sin Fronteras: "¿Por qué guardan silencio respecto a los crímenes genocidas del Estado turco en el Kurdistán y en Oriente Medio?".

"Las armas químicas utilizadas por el Estado turco son armas letales que causan asfixia, quemaduras, alteración del sistema nervioso y cauterización y destrucción de los tejidos", dijo el Comité de Salud del KCK, pidiendo a la OPAQ y a Médicos Sin Fronteras en particular que investiguen el uso de armas químicas por parte de las fuerzas turcas en el sur del Kurdistán (norte de Irak).

La declaración publicada por el Comité de Asistencia Sanitaria del KCK el viernes incluye lo siguiente

"Se está cometiendo un genocidio contra el pueblo kurdo ante los ojos de la opinión pública mundial. Sin embargo, el mundo entero se limita a observar en silencio. El uso de diversas armas prohibidas es sólo un ejemplo de los numerosos crímenes genocidas que se están cometiendo. Ya en el pasado se utilizaron una y otra vez armas químicas contra los kurdos. Las secuelas de estos ataques en la región kurda del sur de Helebce (Halabja) continúan hasta hoy.El uso de armas químicas por parte del Estado turco en los últimos años no sólo se ignora, sino que incluso se intenta justificar.

El Estado genocida turco lleva muchos años utilizando armas químicas contra el pueblo kurdo y sus guerrillas por la libertad. Hasta ahora, siempre se ha hecho en secreto y se ha ocultado deliberadamente. Desde hace seis meses tiene lugar una dura guerra en las montañas del Kurdistán del Sur, en el curso de la cual las fuerzas de ocupación turcas han sufrido duros golpes a manos de la guerrilla. A pesar de sus enormes recursos técnicos, las fuerzas de ocupación turcas no están a la altura de nuestras fuerzas guerrilleras. Por lo tanto, están recurriendo intensamente al uso de armas químicas. Está ampliamente documentado que el Estado turco ha utilizado armas químicas en Rojava en el pasado. El uso de estas armas prohibidas también se ha documentado en decenas de ocasiones en las regiones kurdas del sur de Heftanîn, Metîna, Zap y Avaşîn. Hoy en día, el Estado turco ya no consigue mantener en secreto el uso de armas químicas. Ni siquiera sus mayores partidarios, la OTAN y el KDP, pueden ya ocultarlo. Por lo tanto, ya no considera necesario ocultar el uso de armas químicas y las utiliza abiertamente.

La producción, la ocultación, el transporte y el uso de armas químicas pueden ser fáciles. Pero es extremadamente difícil documentar su uso y determinar claramente el alcance de los efectos y las secuelas de estas armas. Esto requiere medios técnicos y expertos adecuados. Al mismo tiempo, está claro el gran daño que supone el uso de armas químicas. Hoy se dispone de suficientes pruebas para que todas las partes interesadas puedan llevar a cabo las investigaciones necesarias.

Las armas químicas utilizadas por el Estado turco son armas letales que causan asfixia, quemaduras, alteración del sistema nervioso y cauterización y destrucción de tejidos. En las zonas donde se utilizan estas armas, todos los seres vivos y la naturaleza quedan completamente destruidos. Además, los restos de estas armas se asientan en el suelo, el agua y las plantas, poniendo en peligro masivamente la asistencia sanitaria y la supervivencia de la población local durante años.

Es bien sabido que las armas químicas se utilizan no sólo contra la guerrilla, sino también contra la población civil local. Como resultado del uso de estas armas, la población civil ya está sufriendo graves problemas de asistencia sanitaria que ahora han alcanzado niveles extremadamente preocupantes. Muchas personas de la región se han visto directamente afectadas por el uso de armas químicas y, por lo tanto, han intentado visitar los hospitales civiles de la región. Sin embargo, el KDP y el Estado turco les impiden hacerlo y, en su lugar, reciben tratamiento en hospitales militares establecidos en secreto. A pesar de que todos estos hechos son conocidos, todavía no se reconocen los crímenes contra la humanidad cometidos por las fuerzas de ocupación turcas mediante el uso de armas químicas. Esta negación y el silencio que la acompaña o el apoyo abierto proporcionan legitimidad a estos crímenes.