En un pedido de 178 millones de dólares para apoyar la asistencia humanitaria en los siete países afectados en la región del Gran Cuerno, la trabajadora veterana de la OMS, Liesbeth Aelbrecht, advirtió que la situación era peor que cualquier cosa que había visto en más de dos décadas en Djibouti, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán del Sur, Sudán y Uganda.
“Estos 48 millones de personas incluyen hasta 129.000 que se enfrentan a una catástrofe, eso significa que se enfrentan al hambre y literalmente miran a la muerte a los ojos”, advirtió la Sra. Aelbrecht a los periodistas en Ginebra. Los que corren mayor riesgo viven tanto en Sudán del Sur como en Somalia.
“Se puede hablar de los niveles de IPC y todo eso, pero eso es lo que significa”, indicó, refiriéndose al índice de evaluación de la inseguridad alimentaria que utilizan los trabajadores humanitarios para evaluar los niveles de asistencia.
Además de la dramática crisis del hambre, la región nunca ha visto un número tan alto de brotes de enfermedades reportados este siglo, según la OMS.
“Los siete países están luchando contra el sarampión, una enfermedad mortal”, agregó Aelbrecht, antes de destacar cómo las personas que sufren de desnutrición son mucho más vulnerables a la enfermedad que aquellas que tienen suficiente para comer.
“Cuatro de los países están luchando contra el cólera, siendo Sudán del Sur uno de ellos; acaban de declarar un brote. La malaria, que sabemos que es endémica en esta región y sigue siendo el principal motivo de consulta (médica), está realmente en aumento”, explicó.
La región del Gran Cuerno también sufre brotes simultáneos de hepatitis, meningitis y dengue, que se declaró por primera vez en Jartum en febrero.
“La frecuencia de estos brotes de enfermedades está directamente relacionada con estos fenómenos meteorológicos extremos y con el cambio climático”, aseguró la funcionaria de la OMS y continúo: “He estado trabajando intermitentemente en esta región durante casi 25 años, y en términos de emergencias acumuladas, esto es lo peor que he visto”.
En respuesta a la emergencia, la agencia de salud de la ONU tiene la intención de utilizar su llamamiento de $ 178 millones para ampliar el tratamiento de las personas que sufren complicaciones médicas relacionadas con la desnutrición severa.