Con ocasión de la noche de Halloween, activistas de Nuremberg han protestado por la campaña genocida del presidente turco Tayyip Erdoğan contra los kurdos y sus tierras, y la ofensiva militar de invasión en el nordeste de Siria que viola la ley internacional.

Los activistas, con máscaras de Erdogan en las que podía leerse “terrorista”, llamaron la atención de los viandantes en zonas peatonales.

Distribuyeron además octavillas explicando por qué llaman terrorista al presidente turco.

“El régimen fascista del AKP ha comenzado una guerra contra la Confederación Democrática del Norte y el Este de Siria. Con el apoyo de milicias islamistas, quiere destruir la revolución democrática, feminista y ecologista de base”.

Las demandas expuestas en las octavillas repartidas eran las siguientes:

- El fin inmediato de la agresión turca en el nordeste de Siria.

- El fin de la venta de armas de Alemania a Turquía.

- Una zona de exclusión aérea en Rojava con el fin de evitar bombardeos aéreos.

- El fin de las cooperaciones económicas y militares entre Alemania y Turquía.

Un activista que habló con ANF sobre esta acción explicó lo siguiente: “No es suficiente con salir a la calle una y otra vez con manifestaciones y concentraciones. Se necesitan acciones creativas para sacudir a la gente. La invasión del ejército turco, en la que se usan armas alemanas, supone saqueos, terror, expulsión y muerte. Todos saben ahora que Erdogan y el ISIS están cooperando. Llamar al ISIS organización terrorista y estrecharle la mano a Erdogan al mismo tiempo es hipócrita. Por eso estamos aquí con las máscaras. Decimos: ‘Erdogan es un terrorista’”.