HRW informó que soldados turcos golpean y empujan a Irán a los afganos que solicitan asilo

Las autoridades de Turquía niegan a los afganos el derecho a solicitar asilo, según Human Rights Watch.

Las autoridades turcas están presionando a los solicitantes de asilo afganos que cruzan al país desde Irán, en violación del derecho internacional, informó hoy Human Rights Watch.

Seis afganos, cinco de los cuales fueron rechazados, dijeron a Human Rights Watch (HRW) que el ejército turco los golpeó a ellos y a sus compañeros de viaje, algunos hasta el punto de romperles los huesos, y los expulsó colectivamente en grupos de 50 a 300 personas mientras intentaban cruzar la frontera para buscar seguridad en Turquía. Algunas familias fueron separadas en el proceso.

“Las autoridades turcas están negando a los afganos que intentan huir a un lugar seguro el derecho a buscar asilo”, aseguró Belkis Wille, investigador principal de crisis y conflictos de Human Rights Watch. "Los soldados turcos también están maltratando brutalmente a los afganos mientras los rechazan ilegalmente", agregó.

Entre el 25 de septiembre y el 11 de octubre, Human Rights Watch entrevistó de forma remota a seis afganos, cinco de ellos escondidos en Turquía para evitar ser expulsados ​​a Irán, y uno que había sido devuelto por tercera vez. Todos habían huido de Afganistán poco antes o después del 15 de agosto, cuando los talibanes tomaron el control de Kabul.

Relataron que habían viajado por Pakistán e Irán, y que los contrabandistas iraníes los llevaron a la frontera montañosa con Turquía en medio de la noche y les dijeron que cruzaran corriendo. Los soldados turcos comenzaron a disparar por encima de sus cabezas y dos confirmaron que los soldados los golpearon brutalmente.

Si bien uno de los afganos permaneció con éxito en Turquía en su primer intento y otro había sido deportado a Irán, los otros cuatro dijeron que los soldados turcos los obligaron a retroceder hasta tres veces antes de que lograran permanecer en territorio turco.

Dos explicaron que las fuerzas turcas destruyeron sus posesiones y las de todos los miembros del grupo con el que fueron expulsados. “Una vez que nos arrestaron, confiscaron nuestros teléfonos, dinero, comida y cualquier otra cosa que lleváramos y quemaron todas nuestras cosas en un gran incendio”, indicó una mujer, quien agregó: "Supongo que hicieron esto para enviar el mensaje de que no deberíamos intentar cruzar la frontera nuevamente".

Un hombre dijo que desnudaron a los hombres de su grupo hasta dejarlos en calzoncillos y quemaron la ropa y todas sus pertenencias, y luego las devolvieron a la fuerza.

Otro indicó que los soldados los golpearon con las culatas de sus armas y que varios hombres de su grupo se habían roto las manos, los brazos y las piernas por esta causa. “El dolor tardó 10 días en desaparecer, pero para mi amigo fue peor”, explicó y añadió: "Tuvo que conseguir que nuestro contrabandista lo llevara a un médico en Irán que lo trató por una fractura de brazo y pierna".

Otro hombre detalló: “La segunda vez que crucé a Turquía vi a los soldados turcos golpeando a las personas que cruzaban conmigo hasta el punto de que estaban cubiertas de sangre y tenían grandes heridas en la cabeza. Me golpearon durante unos 20 minutos con la culata de sus armas y palos, dejándome sangrando”.

Si bien la mayoría de las personas entrevistadas dijeron que fueron devueltas por la fuerza cerca de la frontera, una dijo que él y ocho de sus familiares fueron deportados después de que fueron a una oficina de inmigración local en Turquía. Indicó que fueron a la oficina porque estaban enfermos y necesitaban que les permitieran ir a un hospital.

“La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), los gobiernos y otros actores deben monitorear, documentar y desafiar los rechazos en las fronteras de Turquía. Los gobiernos con embajadas en Turquía deben ayudarla a registrar y proteger a los solicitantes de asilo afganos y presionarla para que permita que todas las agencias que trabajan para los refugiados ayuden y protejan libremente a todos los afganos, incluidos los que no están registrados”, declaró HRW.

“El Comisionado de Derechos Humanos del Consejo de Europa, la Comisión Europea y los estados europeos deberían presionar públicamente a Turquía para que se abstenga de expulsar sumariamente a los refugiados afganos a Irán, donde corren el riesgo de ser deportados en cadena a Afganistán y otros daños graves. La Comisión debería seguir de cerca la evolución y tener en cuenta las expulsiones colectivas y las deportaciones de solicitantes de asilo afganos en su cooperación con Turquía sobre el control de la migración y para sus informes sobre el proceso de adhesión de ésta y sobre la Agenda Europea de Migración".

HRW agregó: “Los estados miembros de la UE no deberían considerar a Turquía como un tercer país seguro para los solicitantes de asilo afganos y deberían suspender todas las deportaciones y retornos forzosos de estos ciudadanos, incluso a terceros países como Turquía donde sus derechos no serían respetados”, explicó Wille. "También deberían garantizar que los afganos que entren en la UE a través de Turquía tengan acceso a procedimientos de asilo justos y eficientes", concluyó.