Entre la población crece la percepción de que estos son los últimos días del Estado Islámico (ISIS) y de que la guerra contra el terrorismo de Estados Unidos y sus aliados casi ha terminado en Siria. Pero aun así, en un rincón de Siria, los yihadistas disfrutan de un refugio seguro e incluso están prosperando. Hayat Tahrir al-Sham (HTS), anteriormente conocido como Frente al-Nusra, una rama de al-Qaeda en Siria, ha consolidado totalmente su control sobre la provincia de Idlib y opera literalmente como un Estado de facto en el pequeño Estado que ha creado.
HTS suscribe la escuela de pensamiento salafista, que es la misma que la de Al Qaeda. El grupo impuso un estricto régimen islámico en las zonas que controla y está acusado de graves abusos contra los derechos humanos, como torturas, desapariciones forzadas, violaciones y otros actos de violencia sexual, y homicidios durante la detención. Además, HayatTahrir al-Sham acoge a muchos combatientes extranjeros, entre ellos árabes, turcos, chechenos, uzbekos y de la provincia china de Xinjiang. Además, la actitud del grupo hacia las minorías heterodoxas como los drusos, los cristianos y los alauíes nunca ha cambiado.
Por eso, es correcto decir que HTS en la provincia de Idlib actúa como facilitador y proporciona un ecosistema para que las fuerzas yihadistas operen y se reagrupen. Pero, por desgracia, los responsables políticos de Occidente siguen centrados únicamente en derrotar a ISIS y han ignorado a HTS y a sus acólitos.
En el pasado, Hayat Tahrir al-Sham intentó demostrar, mediante diversas fusiones con otros grupos, que había puesto fin a su afiliación con Al Qaeda, pero, en definitiva, estas fusiones no indicaban una ruptura ideológica con Al Qaeda. Pero, en realidad, formaban parte de una estrategia para aumentar el atractivo del grupo dentro de Siria. Sobre el terreno en Siria, varios grupos más pequeños que proclaman lealtad a al-Qaeda, incluidos algunos desertores de HTS, se han unido y formado un grupo llamado Hurras al-Din (HD), también conocido como Al Qaeda en Siria. Fue anunciado oficialmente a finales de febrero de 2018, aunque ya existía algún tiempo antes. Es la rama oficial de Al Qaeda en Siria y opera principalmente en la provincia de Idlib. Sería erróneo suponer que Hurras al-Din existe de alguna manera aislada de HTS. Dado el dominio de HTS en Idlib, Hurras al-Din no puede existir aislado, ni puede emprender operaciones sin el conocimiento de HTS. De hecho, Hurras al-Din se reunió en múltiples ocasiones con HTS. Estas reuniones se referían a una disputa sobre armas bajo custodia de HTS que, según Hurras al-Din, le pertenecen, y a sugerencias de HTS de formar un consejo militar más amplio.
Actualmente, Hurras al-Din sigue manteniendo una línea de comunicación constante con HTS. Con anterioridad, en algunos informes creíbles de los medios de comunicación, se ha afirmado que algunos puntos de la línea del frente en los que trabajan miembros de Hurras al-Din están supervisados por HTS, que supuestamente es responsable de proporcionarles la logística. Otra preocupación importante es que, en la actualidad, hay miles de combatientes a los que, tras ser derrotados en otros frentes por las fuerzas gubernamentales sirias, se les permitió trasladarse a Idlib. Entre estos combatientes se encuentran los asociados con Al Qaeda y el Estado Islámico, mientras que un número significativo de ellos son propensos a ser islamistas radicales. Estos combatientes asentados en Idlib se consideran una fuente de reclutamiento muy atractiva para las organizaciones yihadistas.
El controvertido líder de HTS, Abu Mohammed al-Jolani, figura en la lista de terroristas globales especialmente designados por Estados Unidos. Y sigue vigente una recompensa de 10 millones de dólares por información que conduzca a su detención. La mayoría de los líderes de ISIS también encuentran refugio en Idlib. Y es evidente por el hecho de que muchos de sus líderes de alto nivel y de nivel medio murieron en las operaciones especiales de Estados Unidos o Turquía en Idlib, incluido su líder fundador Abu Bakr al-Baghdadi, en octubre de 2019. HTS afirma estar tomando medidas enérgicas contra las células tanto de Al Qaeda como del Estado Islámico en su territorio. Pero esta afirmación parece vacía, ya que parece que los restos de ISIS se están reagrupando en Idlib.
Según el informe de la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos, publicado en noviembre de 2022, HTS sigue siendo una potente fuente de salafismoyihadista, que restringe la libertad religiosa de los musulmanes suníes no conformistas y amenaza la propiedad, la seguridad y la existencia de grupos religiosos minoritarios como los alauíes, los cristianos y los drusos.
Idlib, bajo Hayat Tahrir al-Sham, sigue siendo una bomba de relojería que, podría decirse, representa una mayor amenaza a largo plazo para la región y la estabilidad de Siria. Una vez concluida una fase de la guerra contra la yihad global, debería iniciarse otra con el único objetivo de acabar con HTS. La propia capacidad de Occidente para hacer frente y contener a los elementos yihadistas en el noroeste de Siria es bastante limitada. Esto se debe a que Occidente está excluido del marco de desescalada en la región, acordado entre Turquía y Rusia y, por tanto, tiene prohibido, entre otras cosas, utilizar el espacio aéreo para lanzar ataques de precisión contra el grupo. Pero aun así, si Estados Unidos y sus aliados tienen que coordinarse con Turquía y Rusia al respecto, y deben hacerlo sin vacilar. Porque HTS y su red extremista yihadista siguen planteando uno de los mayores desafíos a largo plazo para Estados Unidos y otros países occidentales que intentan erradicar a los extremistas de Siria.
En medio de la confusión del conflicto sirio, caleidoscópico y con múltiples facetas, una cosa sigue siendo cierta: Hayat Tahrir al-Sham debe ser aislado, marginado y derrotado antes de que pueda surgir una paz estable en Siria.
FUENTE: Manish Rai / North Press Agency / Traducción y edición: Kurdistán América Latina