El proceso revolucionario en Rojava, basado en los pilares de la democracia de base, la liberación de las mujeres y la ecología social, está avanzando. Al mismo tiempo, Turquía amenaza con una guerra continua, asesinatos de civiles y actores políticos, ecocidio planificado y ataques a infraestructura civil básica.
Rojava es una de las cuatro partes en las que se dividió el Kurdistán tras la creación de los estados nacionales de Turquía, Irán, Irak y Siria. Rojava es la parte siria.
La historia del Kurdistán, el modo de vida ecológico del pueblo, los efectos de los ataques y los métodos de resistencia están indisolublemente ligados. Para hacerlo más comprensible, la campaña Make Rojava Green Again (MRGA) se centró en la zona de Koçerat (también Koçerata) para un informe sobre las consecuencias ecológicas de la guerra de agresión turca. Esta región, en particular su población y su infraestructura civil, fueron objeto de intensos ataques aéreos por parte del Estado turco el invierno pasado.
La creación de una nueva vida basada en viejas tradiciones
Koçerat, la "tierra de los nómadas", es una tierra llana y muy fértil debido al río Tigris. Durante siglos, los nómadas kurdos se desplazaron por la región hasta que se establecieron las fronteras nacionales ya que no estaban dispuestos a abandonar la forma de vida sus antepasados. Tras la fundación del Estado sirio (1945), se introdujeron prácticas de monocultivo y se promovió una urbanización e industrialización intensivas. Koçerat es rico en reservas de petróleo y se convirtió en uno de los principales pilares del suministro energético de la región.
Rûken Şêxo, de la aldea de Girê Sor, informó: “La vida de la gente de la región es muy sencilla y hermosa. No necesitamos mucho del exterior. En cada casa hay un pequeño jardín donde las familias cultivan hortalizas, hierbas y plantas. Algunos también crían vacas, gallinas y pavos. Nosotros mismos elaboramos las cosas, especialmente el yogur, el queso y la leche. Desde pequeños hemos aprendido a crear todo nosotros mismos a partir de las cosas que tenemos. También se lo enseñaremos a nuestros hijos".
Hoy en día, la población de Koçerat vive principalmente en aldeas y organiza sus vidas en el marco del autogobierno del noreste de Siria. Al combinar el patrimonio y la cultura local con la democracia de base y la autodefensa popular, los pueblos de la región han sentado bases sólidas para el desarrollo de la ecología social.
La guerra de Turquía contra Rojava: un ataque al desarrollo de la ecología social
Aunque el Estado turco atacó gravemente las infraestructuras básicas (agua y electricidad) de la región en noviembre de 2022, los recientes bombardeos del 6 de octubre de 2023 al 18 de enero de 2024 representan la peor escalada desde 2019. El ejército turco llevó a cabo más de 650 ataques aéreos que mataron a 56 personas, incluidos niños, e hirieron a 75 personas. Se atacaron infraestructuras esenciales como estaciones de agua, plantas eléctricas, instalaciones de gas para cocinar y petróleo, así como escuelas, hospitales, fábricas, zonas industriales, tierras agrícolas e instalaciones de producción de alimentos, centros de almacenamiento, instalaciones médicas y aldeas.
Estos ataques destruyen los medios de vida de la gente y también tienen como objetivo dañar el estado psicológico de la sociedad y desestabilizar la región para detener el proceso democrático dentro de la administración autónoma.
Uno de los objetivos de infraestructura más críticos fue la central eléctrica de Siwedî. "Como se trata de la central de gas y energía más importante de todo el noreste de Siria, los problemas dentro de la planta afectan a toda la región", afirmó Rûken Şexo y agregó: "Este bombardeo afectó a hasta cinco millones de personas que carecían de electricidad y agua". La situación ya era muy difícil debido a la interrupción del suministro de agua procedente de Turquía. "Los proyectiles dañan a la población de Koçerat en todos los ámbitos de la vida", afirmó Xoşnav Hesen, del pueblo de Girê Kendal.
“La mayoría de la gente vive de los productos de la tierra y de los animales que ellos mismos crían”, explicó Rûken Şexo y continúo: "Sin agua, las plantas mueren y los animales no pueden beber. La agricultura y la vida animal se ven afectadas. Esta es la base de la economía de las personas y las familias".
Resistencia del pueblo en su tierra
La perspectiva de la Administración Autónoma se basa en el desarrollo de prácticas agroecológicas, la ecoindustria, un sistema de cooperativas y un enfoque circular de la producción y el consumo. Los elementos centrales de este marco son la iniciativa de base, la autoorganización y la descentralización. Se están elaborando planes para utilizar diversas fuentes de energía (energía solar, biogás procedente de estiércol y residuos orgánicos o energía eólica), para restaurar las propiedades del suelo y de las aguas subterráneas y para producir fertilizantes orgánicos. Sin embargo, estos no han podido desarrollarse a gran escala debido a la destrucción sistemática de la infraestructura básica. Los ataques obligaron a la administración y la economía de la región a dedicarse a continuos trabajos de reparación y reconstrucción en respuesta a la emergencia y las consecuencias inmediatas de la guerra. El actual embargo contra Rojava también representa otro obstáculo importante para el desarrollo de proyectos ecológicos. A pesar de todas estas dificultades, la gente muestra una fuerte solidaridad y determinación de permanecer en el campo. El autogobierno visita las distintas comunidades para informarlas, debatirlas, escuchar sus necesidades, encontrar soluciones y organizarse juntas. La gente de Koçerat depende de sus recursos en tiempos difíciles: los vecinos comparten generadores y bombas de agua y recaudan dinero. Algunas aldeas limitan su electricidad para compartirla con otros. En diciembre, la comunidad creó un escudo humano para proteger la central eléctrica de Siwedî de nuevos ataques.
Koçerat propone formas sostenibles de vivir, trabajar y producir
La crisis ecológica y el aumento de los conflictos globales, a menudo por el bien de los recursos naturales y su explotación, muestran cada día más que las soluciones no se pueden encontrar ni en la política estatal ni únicamente en la tecnología. Especialmente en tiempos de conflicto, los problemas socioecológicos tienden a pasar a un segundo plano. En contraste con este enfoque, los intentos de gobernanza autónoma enfatizan que la ecología social puede proporcionar una respuesta a ambos problemas, incluso en tiempos de ataque. Como vemos, los modelos socioecológicos, la autosuficiencia y la descentralización contra las guerras y la destrucción ambiental pueden en realidad proporcionar una solución para una paz duradera en la región. En este marco, la realidad de Koçerat debe verse como un ejemplo significativo e inspirador de resistencia. Este no es sólo un ejemplo de teoría, sino principalmente uno de práctica de resistencia y autoorganización. En contraste con el sistema insostenible actual, Koçerat propone formas sostenibles de vivir, trabajar y producir. Cada lugar, cada comunidad puede recuperar su herencia democrática y, sobre esta base, construir comunidades fuertes y una vida en armonía con la naturaleza. Valores como la resistencia, la conexión con la tierra, la comunidad y la libertad no se limitan a una geografía, sino que son parte de nuestras vidas, de nuestra pertenencia a la humanidad, a la naturaleza. La resistencia en un lugar, por importante que sea, no puede ser verdaderamente exitosa por sí sola. Se necesitan soluciones locales, cambios globales y conexiones más fuertes entre las luchas en todo el mundo. El ejemplo de Koçerat pretende ser una fuente de fuerza, esperanza e inspiración para pensar también en cómo podemos resistir y defender nuestros territorios, cómo podemos construir alianzas con las luchas en otras regiones, comunidades y en la vida libre.
El texto completo se puede descargar en alemán aquí: https://makerojavagreenagain.org/wp-content/uploads/2024/04/German-copy-of-We-will-defend-this-life-we-will-resist - en-esta-tierra-1.pdf