El 19 de agosto de 2022, cinco niñas fueron asesinadas en una escuela de Heseke, en el norte y este de Siria. Estaban jugando al voleibol cuando fueron bombardeadas por un dron turco. No fue un accidente, sino un asesinato selectivo.
Cuatro de las niñas, Rania Eta, Zozan Zedan, Dilan Ezedin y Diyana Elo murieron en el acto. La quinta, Silava Remedan, murió días después a causa de las heridas.
La Comuna Internacionalista de Rojava rindió homenaje a las cinco niñas con una declaración y un vídeo.
La declaración decía: "Los objetivos de estos ataques han sido seleccionados con precisión y tienen un valor simbólico. Son comandantes de las fuerzas militares de autodefensa, políticos, personas que participan en la Administración Autónoma o jóvenes que se organizan en el movimiento juvenil. El Estado turco, mediante su nueva guerra, intenta silenciar a todas las personas que han asumido un papel pionero en una sociedad ético-política. Así, el régimen de Erdogan quiere destruir la revolución".
La declaración añadía: "El ataque contra estas cinco jóvenes tiene un significado simbólico. El mundo entero ha comprendido que la revolución de Rojava extrae su energía del espíritu y el poder de organización de las jóvenes y las niñas. El propio Estado turco admite este hecho con este ataque. Pero las hijas de esta revolución no se dejarán intimidar. Con cada ataque, ¡la determinación de defender esta revolución y a todo su pueblo se hace más grande!"