Mohammadi condenó la pena capital impuesta a Muradi, afirmando que constituye "una violación de los derechos humanos más fundamentales, especialmente en un sistema judicial que ha perdido su independencia". Por ello, hizo un llamado a la solidaridad por la abolición de la pena de muerte y añadió: “Dado que el sistema judicial en los regímenes represivos está sometido a la estructura autoritaria, oponerse a la pena de muerte debería ser un asunto de todos”.
Mohammadi subrayó la importancia de la lucha contra la pena de muerte como parte integral de la resistencia frente al régimen autoritario en Irán. Señaló que "el régimen utiliza la ejecución como herramienta de represión", y añadió que "la oposición social no debe limitarse a buscar un cambio político, sino también a la abolición total de la pena capital".
La defensora de derechos humanos concluyó su mensaje diciendo: “Para continuar esta lucha, debemos desmantelar la maquinaria de ejecución y detener la emisión y aplicación de sentencias de muerte. Espero que, algún día, también podamos declarar la abolición completa de la pena de muerte. Ese día será un gran hito y abrirá la puerta a nuevas victorias”.