La policía detiene al padre de la víctima de Roboski

Selahattin Encü, el padre de Şivan Encü, uno de los 34 civiles asesinados por el Estado turco en Roboski, fue detenido.

Selahattin Encü, el padre de Şivan Encü, uno de los 34 civiles asesinados por el ejército turco en el bombardeo con F-16 cerca del pueblo de Roboski en 2011, fue detenido en Urfa.

No se pudo conocer el motivo de la detención de Encü, que fue llevado al Departamento de Policía de Urfa.

Persecución de las familias

Las familias de las víctimas de Roboski han sido constantemente perseguidas desde la masacre. El objetivo de este acoso constante es intimidar a las familias e impedir que sigan reclamando justicia y la verdad.

El 7 de marzo de este año, el juicio contra varios familiares de las víctimas de la masacre de Roboski por presunta propaganda terrorista terminó con una absolución. El tribunal penal de la capital provincial de Şırnak concluyó que no se había cometido ningún delito y absolvió a todos los acusados. El juicio ya se arrastraba desde finales de 2019. El pronunciamiento del veredicto, previsto para principios de octubre, fue aplazado con poca antelación.

Dieciséis personas del pueblo de Roboski (tr. Ortasu) fueron acusadas de participar en una ceremonia de conmemoración de sus familiares asesinados. La acusación era de "propaganda de una organización terrorista", es decir, del PKK. La ceremonia tuvo lugar cuatro años después de la masacre. La fiscalía consideró como presuntos delitos varios eslóganes en pancartas, como "Autogobierno en lugar de masacre, paz en lugar de guerra". El juicio provocó ira e indignación en la sociedad kurda. Sin embargo, no fue el único juicio contra las familias Roboski.

El acto conmemorativo criminalizado del 28 de diciembre de 2015 en Roboski estaba dedicado al abogado de derechos humanos Tahir Elçi, que había sido asesinado a tiros por la policía en Amed (Diyarbakir) exactamente un mes antes. El representante legal de las familias de Roboski declaró que el Estado quería vengarse de los muertos de un pueblo con el juicio.

La masacre

El 28 de diciembre de 2011, un total de 34 civiles murieron en un ataque aéreo del ejército turco cerca de Roboski. Diecinueve de las víctimas eran menores, cuatro sobrevivieron con heridas graves. La masacre tuvo lugar poco antes del Año Nuevo. Los jóvenes, de entre trece y 38 años, cuyas familias vivían del comercio fronterizo, acababan de regresar del sur del Kurdistán (norte de Irak). Sus burros iban cargados de bidones de gasolina, productos de tabaco y azúcar. El bombardeo de los cazas turcos comenzó a las 21.37 horas y continuó hasta las 22.24 horas. Al final, muchos de los civiles, en su mayoría jóvenes, y sus burros quedaron literalmente destrozados.

El Estado Mayor turco explicó más tarde que se había decidido atacarlos porque el grupo había tomado una ruta también utilizada por el PKK, por lo que se les había considerado "terroristas". Sin embargo, horas antes del primer ataque aéreo ya se habían analizado imágenes de drones a las 18.39 horas, en las que se reconocía claramente a las personas como comerciantes fronterizos. La policía militar local (gendarmería) también estaba al tanto de cada grupo de contrabandistas, ya que cobraban derechos de aduana ilegales.

En cualquier caso, los guerrilleros no utilizan grandes rutas como los comerciantes fronterizos y no se mueven en grupos tan llamativos con mulas. Los jefes militares que mandan en Ankara también debían ser conscientes de ello. El actual jefe de Estado, Recep Tayyip Erdoğan, que era entonces primer ministro, prometió aclarar el incidente. Sin embargo, también fue Erdoğan quien agradeció personalmente al Jefe del Estado Mayor el bombardeo.