La Vigilia Libertad para Öcalan cumple hoy 25 años

El 25 de junio de 2012, los kurdos iniciaron una vigilia frente al Consejo de Europa en Estrasburgo para pedir la libertad del líder kurdo encarcelado, Abdullah Öcalan.

ÖCALAN

El 25 de junio de 2012, los kurdos iniciaron una vigilia frente al Consejo de Europa en Estrasburgo para pedir la libertad del líder kurdo encarcelado, Abdullah Öcalan. Durante el verano y el invierno, la vigilia se ha celebrado todos los días desde entonces. Cada semana acude un grupo de un lugar distinto de la diáspora kurda.

Millones de kurdos de todo el mundo consideran a Öcalan su líder político en su lucha contra la supresión cultural y la opresión física. También ha llevado la esperanza de un mundo mejor a personas de todos los orígenes a través de ideas políticas que han demostrado su potencial para transformar la sociedad.

La influencia de Öcalan sigue creciendo, pero durante más de la mitad del tiempo transcurrido desde que fundó el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) con un grupo de amigos en 1978, como su líder indiscutible, ha permanecido recluido en aislamiento casi total en una prisión turca. Su secuestro y encarcelamiento fueron el resultado de un complot internacional dirigido por la CIA. Se ha demostrado que su juicio, condena y condiciones de encarcelamiento infringen el derecho internacional. Pero las potencias internacionales hacen poco por intervenir.

El Consejo de Europa, del que Turquía es miembro, es la organización que vela por la protección de los derechos humanos en Europa. La vigilia exige que tomen medidas: en primer lugar, contra el aislamiento en prisión que equivale a tortura y, en última instancia, para apoyar la liberación de un hombre que, en caso de que el gobierno turco acepte hablar, lleva mucho tiempo dispuesto a negociar una solución pacífica.

El Estado turco siempre ha intentado asimilar a los kurdos y ha respondido a toda resistencia con la fuerza bruta. El PKK se fundó en respuesta a la opresión a la que se enfrentaban los kurdos -opresión económica en una sociedad profundamente desigual combinada con la intolerancia de la identidad cultural kurda-, que equivalía a un colonialismo interno. El PKK recurrió a la lucha armada porque el Estado no permitía ninguna posibilidad de cambio en las vías políticas, y eso sigue siendo así. Los partidos políticos pro-kurdos están cerrados y miles de políticos y activistas están en la cárcel; y los numerosos alto el fuego e intentos de negociación del PKK se han topado con la intransigencia del gobierno y una mayor represión.

Öcalan y el PKK ya no buscan un Estado kurdo. Han desarrollado sus ideas a la luz de la experiencia histórica, y los escritos de Öcalan desde su celda en prisión han constituido el núcleo de una nueva filosofía política. Ésta pretende crear una sociedad dirigida por y para las comunidades locales mediante la democracia de base, y hace hincapié en la libertad de la mujer, la coexistencia pacífica de las distintas etnias y la entropía con la naturaleza.

Cuando los kurdos del norte de Siria lograron establecer un control local autónomo, empezaron a poner en práctica las ideas de Öcalan. Al centrarse en el compromiso comunitario para satisfacer las necesidades de la comunidad, estos avances han sido acogidos como un ejemplo concreto de un enfoque social alternativo que podría sustituir al sistema que ahora destruye nuestro planeta. Las ideas de Öcalan tienen potencial para cambiar el mundo, pero ahora se le niegan todas las formas de comunicación.

La vigilia es un recordatorio permanente de cómo un Estado miembro del Consejo de Europa actúa en oposición a todo lo que defiende la organización. También es un lugar al que los políticos pueden acudir para informarse y mostrar su apoyo, y un foco de manifestaciones masivas.