En febrero se produjo un terremoto de magnitud 5,9 en la frontera entre Turquía e Irán, que mató a 10 personas en Başkale y dejó a cientos de ellas en una situación muy difícil.
Los problemas continúan en los distritos de Özpınar, Gelenler, Güvendik y Kaşkol cuyas casas quedaron dañadas por el terremoto en Başkale. A pesar de todos estos problemas, la compañía Anomin de distribución de electricidad de Vangölü (VEDAŞ) ha instalado medidores en los postes eléctricos situados junto a los contenedores donde se alojan los supervivientes. Por lo tanto, tendrán que pagar la factura de electricidad de su propio bolsillo.
Una víctima del terremoto que no quiso dar su nombre por razones de seguridad, dijo: "A pesar de conocer nuestra situación, VEDAŞ instaló medidores en los contenedores. Nuestra casa ha sido destruida, nuestros animales están muertos. Hemos estado alojados en tiendas de campaña desde el terremoto. El clima era frío pero tuvimos que arreglárnoslas. Ahora montan estos contenedores. Ahora nos quedaremos allí".
"Durante estos días de coronavirus, cientos de compañías no están cobrando a la gente. En su lugar, los equipos de VEDAŞ vinieron e instalaron medidores en los postes eléctricos junto a los contenedores. Dijeron que la AFAD cubriría estas facturas. Ahora la mayoría de las familias no podrán permanecer en los contenedores porque las tarifas eléctricas son demasiado altas. Como las condiciones climáticas son malas, los que queden en el contenedor deberán quemar la estufa. Las autoridades deben ocuparse de este asunto y retirar los medidores", señaló esta persona.