La iniciativa internacional Defend Kurdistan emitió un comunicado llamando a la acción, comenzando con el aniversario de la masacre en Halabja el 16 de marzo hasta el Día de los Presos Políticos el 18 de marzo, que también marca el aniversario de la Comuna de París y la ocupación de Afrin.
En un comunicado anunciaron que recordaran a las víctimas de la masacre de Halabja, ocurrida el 16 de marzo de 1988, así como denunciarán nuevamente al estado turco por sus ataques con armas químicas prohibidas contra las guerrillas.
En ese sentido, declararon: “Una mirada a la historia reciente muestra que los ataques de hoy son una continuación de la política genocida contra la sociedad kurda. El uso de gas venenoso tiene una triste historia, especialmente en el Kurdistán. Atatürk, Saddam Hussein y Erdogan se sitúan en una línea histórica que es necesario comprender”.
Para la semana de acciones pidieron enviar fotos y videos de las acciones (con una explicación que contenga quién, cuándo, dónde, por qué se hizo) a [email protected]. El material recolectado se utilizará para difusión en redes sociales y en los medios de comunicación.
El comunicado completo de las acciones:
“Llamamiento a los días internacionales de acción de Defender Kurdistán en el aniversario de la masacre de Halabja (del 16 de marzo al 19 de marzo de 2023). Las primeras semanas del año 2023 ya han mostrado lo que era de esperar: los ataques contra la revolución en Kurdistán continuarán con toda su severidad y se intensificarán aún más en las próximas semanas y meses.
Desde los continuos ataques con gas venenoso en el sur del Kurdistán, los ataques selectivos con drones en la zona autónoma del norte y este de Siria hasta las próximas elecciones en Turquía y el catastrófico terremoto que costó la vida a decenas de miles de personas debido a la mala gestión sistemática y a la supresión de la ayuda civil por parte del Estado turco. El régimen del AKP-MHP y sus partidarios políticos están planeando los próximos pasos para aplastar el autogobierno en el Kurdistán. Sin conjurar la imagen de un enemigo y mantener un estado de guerra permanente, el presidente turco Erdogan no podría aferrarse al poder. De este modo, las guerras pretenden ocultar la crisis del Estado turco y aplastar a las fuerzas democráticas que representan una alternativa al estado de caos imperante. Para proteger sus propios intereses, el Estado turco, con su política asesina, puede contar con el respaldo de las potencias internacionales que suministran el material bélico con el que se cometen a diario crímenes brutales.
Una mirada a la historia reciente muestra que los ataques de hoy son una continuación de la política genocida contra la sociedad kurda. El uso de gas venenoso tiene una triste historia, especialmente en el Kurdistán. Atatürk, Saddam Hussein y Erdogan se sitúan en una línea histórica que es necesario comprender. En el genocidio de Dersim en 1937-38, Atatürk utilizó gas venenoso y aviones comprados a la Alemania nazi. Saddam Hussein masacró a miles de personas en Halabja, en el sur del Kurdistán, el 16 de marzo de 1988 con gas venenoso de fabricación alemana, y Erdogan también está cometiendo hoy importantes crímenes de guerra con armas químicas en las montañas del Kurdistán. Una y otra vez, los dirigentes recurren a los medios más crueles en su lucha contra las aspiraciones de libertad de los pueblos de Oriente Próximo, como demuestra hoy la brutal represión de la revolución en Irán.
Además del aniversario de la masacre de Halabja, el mes de marzo está lleno no sólo de días que son ocasión de luto y rabia, sino también de numerosos momentos que son expresión de esperanza y rebelión contra la opresión. El 18 de marzo, hace casi 152 años, se proclamó la Comuna de París. Tras casi dos años de guerra entre dos Estados nacionales, que costó cientos de miles de vidas, la sociedad consiguió levantarse. El pueblo de París volvió las armas contra sus verdugos y luchó por el autogobierno, lo que nos da un importante ejemplo del que aprender. De hecho, al igual que entonces una coalición de potencias internacionales intentó quebrar el deseo de autodeterminación del pueblo y ahogarlo con la sangre de miles de personas, hoy en día los poderes del Estado siguen uniéndose con el objetivo de luchar contra la revolución.
Tras la defensa de Kobane, en el norte y este de Siria, contra el Estado Islámico, y con la liberación de Raqqa y Deir ez Zor, la revolución se extendió a las ciudades árabes en los años siguientes. Ankara y Damasco, así como Moscú y Washington, ven su poder amenazado por esta revolución multiétnica. En el preciso momento en que el autogobierno se establecía a pesar de las grandes adversidades, el ejército turco lanzó en enero de 2018 una operación militar transfronteriza que violaba el derecho internacional. Bajo el nombre de "Operación Rama de Olivo", comenzó la guerra contra Afrin, el cantón más occidental de la zona autónoma. Al igual que un año después EE.UU. abrió el espacio aéreo sobre Serekaniye y Gire Spi para otra invasión, en 2018 Rusia dio al Estado turco la oportunidad de atacar la administración autónoma de Afrin con yihadistas y tanques Leopard 2 de fabricación alemana. Tras dos meses de resistencia inimaginable, Afrin fue ocupada el 18 de marzo de hace cinco años y cientos de miles se vieron obligados a huir.
No pasaremos por alto la complicidad de nuestros gobiernos. ¡Defendamos hoy el Kurdistán con el espíritu de la Comuna de París y la resistencia en Afrin! Desde el aniversario de la masacre de Halabja el 16 de marzo hasta el Día de los Presos Políticos el 18 de marzo, que también marca el aniversario de la Comuna de París y la ocupación de Afrin, ¡llamamos a la acción!
Si los Estados internacionales se unen en la lucha contra la revolución, debemos luchar por ella con mayor determinación. La guerra en Kurdistán, el silencio internacional contra el aislamiento del representante del movimiento por la libertad Abdullah Öcalan y los ataques contra el movimiento de mujeres kurdas sólo pueden ser detenidos juntos y con una voluntad común”.