Ataques racistas en Turquía
Los linchamientos masivos que comenzaron en la provincia de Kayseri el 30 de junio tras la acusación de agresión sexual a un niño de 7 años tenían como blanco a árabes sirios.
Aunque las fuerzas estatales no intervinieron ante la agresión racista, los ataques se extendieron a muchas ciudades durante el segundo día.
Los grupos se movilizaron con la bandera turca y consignas racistas, y persiguieron a las y los refugiados en Kayseri, Reyhanlı, Hatay, Bursa, Kilis, Adana, Antep, Izmir y Estambul. Los lugares de trabajo y las casas de las personas refugiadas fueron atacados e incendiados.
En los medios digitales circularon vídeos del apuñalamiento de una persona siria en Antep.
Debido a los ataques racistas, también aumentaron las reacciones en las ciudades de Siria y Rojava ocupadas por el estado turco y se convirtieron en enfrentamientos.
Protestas en las regiones ocupadas de Siria
En Afrin, Bab, Azaz y las zonas fronterizas se retiraron banderas turcas, se les prendió fuego y se destruyeron numerosos vehículos.
Los manifestantes se congregaron frente al cuartel general militar turco en Afrín, que se encuentra bajo ocupación desde 2018 y donde el Estado turco ha establecido un régimen terrorista. Las personas manifestante gritaban "Abajo los colaboradores del ejército nacional entrenados y controlados por Turquía". Las fuerzas militares de ocupación utilizaron armas contra quienes protestaban contra los ataques racistas. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, dos manifestantes murieron.
Las y los manifestantes arriaron la bandera turca en el paso fronterizo de Bab al-Salama. También hubo protestas en muchas otras ciudades.