Aunque han pasado 51 días desde el terremoto, el problema del alojamiento en Antakya aún no se ha resuelto. Todavía hay montones de escombros en todas las calles de la ciudad y las víctimas del terremoto necesitan sobre todo tiendas de campaña y refugios. La autoridad de gestión de catástrofes, AFAD, elude su responsabilidad y se dirige a los responsables de los barrios a este respecto.
En el barrio de Ekinci, algunas personas se refugian en tiendas de campaña cedidas por el ayuntamiento del distrito de Kartal, en Estambul. Otros duermen en invernaderos y muchos otros en las tiendas de sus vecinos porque no encuentran una tienda propia. Los habitantes de Ekinci exigen una solución urgente al problema del alojamiento.
Uno de ellos es Süleyman Önal. Sólo pudo encontrar una tienda un mes después del terremoto y está muy preocupado por el desamparo de su hijo, que tiene una discapacidad mental del 94%. Su casa resultó dañada por el terremoto y no se puede entrar en ella. Su hijo sufrió un ataque epiléptico cuando era pequeño y necesita un entorno seguro, dijo Önal: "Tras el terremoto, fuimos a casa de nuestros parientes en Mersin porque nuestra casa había quedado dañada. Pero mi hijo no podía vivir allí, así que tuvimos que volver a Hatay. Aquí no pudimos encontrar una tienda de campaña durante mucho tiempo. Sólo nos las arreglamos con la ayuda de nuestros vecinos. No podíamos ir a la ciudad de las tiendas porque mi hijo siempre está gritando y desnudándose en público. Esto causa malestar en el vecindario. Además, se va solo y pasamos horas sin encontrarlo. Como conoce la zona, sabe adónde volver. Pero si se pierde en un lugar desconocido, ni yo ni su madre podemos encontrarle".
Önal vive ahora con su mujer y su hijo en una tienda de campaña, pero eso acarrea grandes problemas. Su hijo tiene mucho miedo y grita. Önal declaró que necesitan urgentemente un refugio para salir de esta situación: "Las tiendas están aquí al lado de nuestros vecinos. Mi hijo tiene miedo de la tienda y por eso siempre quiere quedarse fuera. Cuando tiene miedo, se enfada y grita. Todo el mundo se preocupa. No podemos controlarlo porque es muy fuerte. Por eso necesitamos urgentemente un refugio. Al menos será como una casa y podrá quedarse allí. Estamos en una situación muy difícil. Esperamos que nos echen una mano para conseguir un refugio. Esa es nuestra petición prioritaria en este momento".