Los migrantes que se han dirigido a Bielorrusia con la esperanza de llegar a Europa se enfrentan a una catástrofe humanitaria a ambos lados de la frontera polaco-bielorrusa en medio del frío. Los migrantes no pueden pasar la frontera, enfrentándose a las fuerzas de seguridad de ambos lados. Mientras continúa su desesperada espera en condiciones difíciles, el gobierno central iraquí entró en acción para el retorno de los migrantes a mediados de noviembre.

Irak declaró que ha sacado a más de 1.800 migrantes atrapados en la zona fronteriza entre Bielorrusia y Polonia. Un total de 1.894 ciudadanos iraquíes han sido traídos de vuelta desde Minsk en cuatro vuelos especiales, dijo el sábado el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraquí, Ahmed al-Sahaf, según informaron varios medios de comunicación.

Otro avión operado por la compañía estatal Iraqi Airways tiene previsto despegar el domingo hacia Minsk desde la capital para sacar a 430 refugiados, según RojNews. Los migrantes son en su mayoría kurdos.

El primer vuelo especial había trasladado a Irak a más de 430 migrantes procedentes de Bielorrusia, que quedaron atrapados por última vez en la frontera exterior de la UE con un frío glacial. En el avión iban también algunas decenas de personas con permiso de tránsito hacia Siria.

Desde hace meses, miles de migrantes se encuentran en la frontera bielorrusa-polaca intentando llegar a Europa. Se dice que más de veinte de ellos han muerto ya por el frío y el agotamiento, aunque oficialmente se habla de menos muertes.