El martes por la noche, estallaron nuevos enfrentamientos en el cruce fronterizo turco-griego en Kastanies/Pazarkule. Según informes de la televisión estatal griega, alrededor de 500 refugiados desesperados intentaron derribar la valla fronteriza a Grecia. Según el informe, la policía turca disparó granadas de gas lacrimógeno a través de la frontera contra la policía griega y las unidades Frontex.

Por otro lado policías griegos utilizaron poderosos ventiladores para conducir el gas lacrimógeno y el humo de regreso al territorio turco. También usaron gas lacrimógeno. La lucha duró aproximadamente una hora y media y terminó alrededor de las cuatro de la mañana. Desde entonces ha habido silencio en el cruce fronterizo nuevamente, según indican reporteros de Kastanies.

Los refugiados están atrapados entre el régimen de Erdogan, que los usa como medio de presión en la frontera, y la policía griega y Frontex. La política de cierre de la UE se basa en mantener a los refugiados alejados a toda costa.