Refugiados y ciudadanos en Van bajo amenaza por coronavirus

Aunque las puertas de la frontera con Irán están cerradas, los refugiados y los migrantes siguen entrando en Van. Cientos de refugiados llegan a Van todos los días desde Afganistán, Irán, Iraq y los países de Asia central, países afectados por el brote.

Los refugiados que vienen a Van no son examinados. La estación de autobuses interurbana de Van, que es visitada por cientos de personas cada día, es la puerta de entrada para que los refugiados vayan a otras ciudades.

Los refugiados y migrantes que llegan a Van después de un viaje difícil y para algunos a menudo mortal, no tienen donde quedarse. Tienen que quedarse en la estación de autobuses de Van día y noche.

Los refugiados están privados de condiciones higiénicas y corren un grave riesgo debido a la imprudencia de las autoridades. Añadir enfermedades epidémicas a la ya difícil situación en la que se encuentran es sólo cuestión de tiempo. Este riesgo también amenaza a todos los residentes de la ciudad.

La estación de autobuses de Van también está ocupada porque desde allí operan líneas de minibuses entre Erciş, Özalp, Gevaş, Çaldıran, Muradiye y Doğubayazıt.

Cientos e incluso miles de personas van a Van desde estos distritos todos los días. Este tráfico supone un grave riesgo para la propagación de posibles casos de virus a una zona más amplia.

Un conductor de minibús que opera entre Van y Muradiye, que no quiso dar su nombre por razones de seguridad, dijo: "Estamos transportando cientos de pasajeros cada día de Muradiye a Van, de Van a Muradiye. Las vidas de los pasajeros que traemos a Turquía están en peligro aquí".

Los refugiados que no tienen los medios para protegerse están expuestos al coronavirus, y todos los residentes se enfrentan al mismo peligro. Los funcionarios del gobierno turco no han tomado ninguna medida de precaución.

Un ciudadano que vive cerca de la estación de autobuses de Van señaló la terrible situación de cientos de refugiados en la estación de autobuses y sus alrededores, y destacó el derecho de los refugiados a vivir saludablemente.

Los ciudadanos dijeron: "Los refugiados merecen una vida saludable. Pero esta tarea recae en el Estado. El estado, sin embargo, no toma ninguna precaución y ninguno de estos refugiados se somete a un examen de salud. El estado está poniendo en riesgo a los refugiados y a los ciudadanos".