En el aniversario de la revolución de Rojava, los internacionalistas tuvieron la oportunidad de estar en Agrafa, como parte del Laboratorio de Verano de Ecología Social y tuvieron una presentación sobre la revolución de Rojava y sus principios de liberación democrática, ecológica y de las mujeres, en armonía con la naturaleza y las personas.

"Un verdadero experimento social - dijeron los activistas - que nos muestra formas, métodos y herramientas de resistencia y lucha en todos los rincones del mundo para la creación de una sociedad libre".

Los activistas dijeron en un comunicado: "En las últimas semanas, en la zona de Agrafa, en el centro de Grecia continental, una zona con varios picos montañosos a más de 2000 metros de altura, se han reunido muchos movimientos sociales que han cedido su presencia para que no se destruya esta zona mediante la instalación de muchas plantas industriales (turbinas eólicas y presas hidroeléctricas). La zona de Agrafa es un símbolo de resistencia y libertad, ya que fue el centro de la acción guerrillera contra los fascistas y los nazis durante la Segunda Guerra Mundial".

Recordaron que "las compañías y el estado griego no sólo pretenden destruir estas montañas. Pretenden hacer desaparecer toda referencia a esta tradición histórica de resistencia y a toda noción de resistencia. Las empresas constructoras y los mecanismos policiales están cooperando para establecer sus planes antisociales y antiecológicos. El pueblo kurdo es muy consciente de esta situación a través del ejemplo de la presa de Ilisu y muchos otros casos".