Un parlamentario francés preguntó al Ministro del Interior sobre la represión contra los kurdos

En una pregunta parlamentaria que deberá responder el Ministerio del Interior, el diputado francés Jean-Paul Lecoq puso en el orden del día la creciente presión sobre los kurdos en Francia.

REPRESIÓN

Jean-Paul Lecoq, diputado de Izquierda Democrática y Republicana, presentó una pregunta parlamentaria llamando la atención del Ministro francés del Interior y de los Países de Ultramar sobre la situación de los kurdos en Francia.

"Hay una gran comunidad que busca refugio en Francia desde hace décadas", afirma la moción, señalando en particular la persecución en Turquía.

Haciendo hincapié en la lucha de esta "comunidad perseguida en Turquía" contra las células del ISIS, Lecoq señaló que el "coraje es admirable" de los kurdos en un momento en el que estas todavía representan una amenaza.

La moción decía: "Con el asesinato de tres mujeres activistas en París por el Estado turco hace once años, los kurdos están pagando un alto precio por su compromiso con la libertad y la democracia. Dado que Francia comparte estos valores, las autoridades del país mantienen buenas relaciones con esta comunidad que respeta la República Francesa.

Desde hace algunos meses, los kurdos en Francia, y en particular los refugiados políticos, son objeto de una política de represión sin precedentes. Cada vez se inician más procesos penales contra personas acusadas de financiar al Partido de los Trabajadores del Kurdistán, a pesar de estar en la vanguardia de la lucha contra Daesh (ISIS) y salvar las vidas de miles de yazidíes. A otros se les han congelado arbitrariamente sus activos simplemente por participar en la vida pública, alterando la vida cotidiana de familias enteras.

Más recientemente, los refugiados han perdido su estatus y han sido amenazados con la deportación a Turquía, donde corren el riesgo de ser torturados y asesinados. Las instituciones judiciales europeas han publicado extensos informes sobre esta cuestión.

Recientemente, Serhat Gültekin, un refugiado político, fue brutalmente deportado a Turquía a pesar de numerosos llamamientos. Sus derechos más básicos fueron violados. También padece el síndrome de Marfan y no recibirá tratamiento para esta grave enfermedad en Turquía. Fue condenado a 15 años de prisión por su activismo y su deportación fue objeto de humillación mediática por parte de las autoridades turcas. Fue encarcelado nada más llegar (a Turquía) y, según sus abogados, fue maltratado por los servicios secretos (MIT). Esta represión de los kurdos en Francia, un aliado, es injusta y deshonrosa. Daña profundamente la credibilidad y la reputación del país".

En este contexto, Lecoq preguntó al Ministro del Interior "qué medidas piensa tomar Francia para poner fin a esta creciente represión contra los kurdos y garantizar su protección".