El miércoles por la tarde en la ciudad de Bursa, al oeste de Turquía, se produjo un hecho grave de violencia policial. La policía abusó de varios adolescentes, los llamó por su nombre y los amenazó con armas de fuego. Según la información disponible, los menores habían alquilado ilegalmente un automóvil. Fueron detenidos por la policía, tuvieron que salir y fueron arrojados al suelo.

La policía llamó a los jóvenes bastardos y les gritó "Acuéstense, bastardos, cuál de ustedes bastardos fue el conductor. ¿De quién es este vehículo?" Un policía sostuvo una pistola en la mano y pateó a uno de los jóvenes en la espalda. Otro joven fue pateado y abofeteado.

Cuando la policía notó que los estaban viendo y fotografiando, amenazaron a quienes los rodeaban e intentaron alejarlos.

Estos ataques se han vuelto más frecuentes, especialmente desde la pandemia de Coronavirus. Ejemplo de esto fue un hecho en que agentes de policía dispararon tiros de advertencia en dirección a un niño de ocho años que jugaba en la calle en el distrito de Nusaybin en Mardin, a pesar del toque de queda.