El líder popular kurdo Abdullah Öcalan, presidente del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), lleva 25 años recluido en régimen de aislamiento en la prisión de máxima seguridad de Imrali. Y desde hace tres años y medio no hay noticias de Abdullah Öcalan ni de sus tres compañeros presos. Sólo 366 de las 2.030 solicitudes presentadas desde 1999 para reunirse con Abdullah Öcalan recibieron una respuesta favorable. Algunas de las 1.664 solicitudes recibieron una respuesta negativa por diversas razones, y algunas sin ninguna justificación. Las demás quedaron sin respuesta. Y a pesar de todas las solicitudes de los abogados, no se ha revelado el motivo de ninguna sanción disciplinaria impuesta a partir de 2023.

Las solicitudes presentadas por el bufete de abogados Asrın al Tribunal Constitucional desde 2015 también han quedado inconclusas.

Intimidación que excede la arbitrariedad

El abogado Ibrahim Bilmez, del bufete de abogados Asrın, que asumió la defensa de Abdullah Öcalan, ha explicado que no han podido recibir ninguna información tras la última llamada telefónica a Imralı en marzo de 2021, que se interrumpió a los pocos minutos de empezar. Bilmez ha señalado: "Hay una tiranía que va más allá de la ilegalidad e incluso de la arbitrariedad. Utilizan los castigos disciplinarios como justificación para impedir las visitas familiares, y las decisiones de los jueces de ejecución para impedir las visitas de los abogados. Decimos que no sabemos lo que pasa en Imralı, pero ni siquiera podemos ver las decisiones relacionadas con la prohibición de las visitas. Ni siquiera podemos ver por qué se dan esas sanciones disciplinarias. El tribunal tomó esa decisión e incluso la mantuvo en secreto para nosotros. Por lo tanto, está claro que no quieren que salga ninguna noticia de Imrali".

El aislamiento supone dejar la cuestión kurda sin resolver.

El abogado Bilmez ha afirmado que el aislamiento es el problema estructural fundamental de Turquía y que no debe considerarse separadamente de la cuestión kurda: "La incapacidad de Turquía para democratizarse, así como el principio del Estado de derecho, siguen estando en el papel, y el fracaso en resolver esta cuestión es la base de sus problemas económicos. El aislamiento supone dejar la cuestión kurda sin resolver. Esta cuestión se resolverá eventualmente, pero lo importante es resolverla antes de que este proyecto de ley se haga más grande y no desaprovechar al Sr. Öcalan, que tiene el poder de resolver este problema. Öcalan es una oportunidad para el pueblo de Turquía. Deben aprovecharla. Esa es la razón por la que el aislamiento debe terminar".

Se presentarán nuevas demandas

El bufete de abogados Asrın continuará siguiendo las objeciones y demandas que han presentado hasta ahora, dijo Bilmez, y agregó: “Presentaremos nuevos casos y daremos seguimiento a los casos en marcha, sin rendirnos. Además, continuaremos realizando actividades diplomáticas ante la UE y la ONU. La solidaridad contra el aislamiento está creciendo en Turquía y a nivel internacional, y creo que si esto continúa, este aislamiento acabará".

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